Primeras palabras de los niños tailandeses tras su rescate: «Estamos fuertes, gracias por ayudarnos»

Los doce chicos y el entrenador que fueron rescatados del interior de una cueva en el norte de Tailandia en la que permanecieron atrapados más de dos semanas han hablado este sábado por primera vez ante las cámaras mientras se recuperan en el hospital.

«Soy Nick, estoy fuerte y quiero daros las gracias por preocuparos y ayudarnos. Ahora estamos a salvo», asegura uno de los jóvenes. «Gracias por preocuparos por mí y por ir a la cueva a salvarme», indica otro menor. «Ahora estoy empezando a ser como antes. Me siento fuerte, y puedo comer como de costumbre», dice, por su parte, el entrenador.

Los trece saldrán del hospital de Chiang Rai tras recibir el alta médica el mismo día: el jueves próximo, según ha informado este sábado el ministro de Sanidad de Tailandia, Piyasakol Sakolsatayadorn.

Este anuncio coincide con dos nuevos vídeos divulgados en el que cada uno de los rescatados agradece a la cámara en tailandés el rescate, dicen que se encuentra bien, algunos hablan de lo que les gustaría comer y hasta uno da las gracias en inglés.

«Estoy fuerte y sano, tengo ganas de comer cerdo frito con arroz», cuenta uno de los niños. «Me encuentro bien físicamente, quiero comer sushi», indica otro.

Los chicos aparecen sentados en su cama del hospital y se cubren la boca y la nariz con mascarillas blancas; en la pared de la cabecera hay un número que los identifica.

Un rescate de película

El grupo entró en la cueva Tham Luang, situada en la norteña provincia de Chiang Rai, durante una excursión el sábado 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta inundó el camino de salida.

Estuvieron nueve días perdidos y sin alimentos hasta que los encontraron a cuatro kilómetros de la entrada, el 2 de julio, y finalmente fueron rescatados entre los días 8 (4 menores), 9 (otros 4) y 10 (5).

Los equipos de búsqueda y rescate, que llegaron a formar más de mil personas, los sedaron y transportaron en camillas y bajo el agua en los tramos inundados hasta la salida.

El almirante Arpakorn Yuukongkaew, de la Armada tailandesa, reveló que cuando enteró la primera vez de la situación solo albergaba «una pequeña esperanza». «Al final, esa pequeña esperanza se hizo realidad. Debo decir que lo hicieron muy bien, especialmente el entrenador. Por lo que sé, el entrenador era un monje (budista), así que conoce técnicas de meditación y las utilizó para calmar a los niños y lograr que usaran tan poco aire como fuera posible», detalló el militar.

Las autoridades tailandesas van a convertir la cueva en un «museo viviente» y Hollywood prepara dos películas diferentes que narrarán el feliz rescate.