Cada vez son más los europeos que abandonan el Reino Unido ¿por qué?

El número de personas de otros países de la UE que abandonan Reino Unido ha alcanzado su nivel más alto en 10 años, según los últimos datos oficiales. Un total de 130.000 ciudadanos europeos dejaron de vivir en el país entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017. La cifra sigue siendo menor a la de los ciudadanos europeos que emigraron a Reino Unido en el mismo periodo (220.000). Pero la migración europea neta, la diferencia entre los que vienen y los que se van, se ha reducido en 75.000 respecto a los 12 meses anteriores y ha alcanzado su pico más bajo desde 2012.

La reducción más significativa (35.000) se produce entre quienes vienen a Reino Unido a buscar empleo, sin un puesto de trabajo acordado previamente. La Oficina Nacional de Estadísticas dice que la incertidumbre generada por el Brexit puede estar entre los motivos de la bajada en las llegadas, pero señala que la decisión de emigrar puede estar influida por numerosos factores.

Lo cierto es que en los dos años anteriores al referéndum del Brexit, de junio de 2016, el número de ciudadanos de la UE que llegaba a Reino Unido se mantuvo por encima de los 240.000. Desde la consulta, la cifra se ha ido reduciendo progresivamente cada trimestre hasta los 220.000 actuales. Al mismo tiempo, los europeos que abandonan el país no habían superado los 100.000 al año desde 2010. Además del Brexit, que genera incertidumbre y una cierta sensación de no ser bienvenido entre una parte de los europeos residentes en Reino Unido, la tendencia coincide con un mejor desempeño de las economías europeas a medida que se recuperan de la gran crisis de finales de la década pasada.

La bajada de la inmigración europea se compensa, no obstante, con una aumento de las llegadas de ciudadanos de países de fuera de la UE. En el periodo estudiado, llegaron 285.000 inmigrantes no europeos y 80.000 salieron del país. Esto hace que la población británica continúe creciendo a un ritmo similar al de 2014.

En términos generales, la inmigración neta cayó en 29.000 personas hasta las 244.000. Una cifra que sigue siendo muy inferior al objetivo del Gobierno, reiterado en los programas electorales conservadores de 2010, 2015 y 2017, que es bajar de los 100.000.