México tiene un nuevo candidato a la Presidencia y promete robar más que ningún otro

Mexicanos, han sido advertidos: si Sergio Arau se convierte en presidente, robará todo lo que pueda. Negociará con organizaciones delictivas para obtener precios más bajos de drogas y promete matar a dos personas por día.

«Soy el candidato más honesto. Soy muy corrupto «, dice Arau en uno de sus anuncios de campaña, sonriendo directamente a la cámara. «Pero lo digo, y eso es honestidad».

Pero la candidatura de Arau -recordado por el apodo de «El Uyuyuy» y por ser exintegrante de la legendaria banda de rock mexicano Botellita de Jerez cuya filosofía era «naco es chido»- es falsa. Muy falsa.

La candidatura de Arau es, en realidad, una dura crítica contra la clase dominante del país.

«Están siendo mas avaros, mas codiciosos, mas ladrones, mas transas… esta vez ha sido a unos niveles ridículos, hay un cinismo total.»», dijo Arau, de 66 años, a BuzzFeed News durante una entrevista en su estudio. «Ha alcanzado niveles ridículos de cinismo total».

Arau mantiene su clásico pelo estilo punk y dos grandes aros en las orejas. El mismo estilo que tenía en Botellita de Jeréz, la banda que integró de forma intermitente entre 1983 y 2012 y que creó clásicos como «Abuelita de Batman«. Además de músico e ícono contracultural de México, es cineasta y artista visual, y a simple vista puede parecer no presidencial. Pero vale la pena preguntar: ¿qué se considera presidencial en México?

Fue en el Zócalo de la Ciudad de México donde Sergio Arau tuvo la idea de postularse para presidente, aunque fuera una broma trágica. Estaba actuando allí durante una manifestación contra Peña Nieto en 2012, cuando se dio cuenta de que «estos muchachos deben estar riéndose hasta la médula viendo nuestras protestas». Arau quería contar la broma, pero en sus propios términos.

En abril, con el apoyo de dos productoras locales (actualmente conocida como su personal de campaña), Arau decidió editar una entrevista que el presentador de noticias de Univision, Jorge Ramos, hizo al anterior jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Así, en lugar de Ebrard, aparecería Arau.

«¿Quieres ser presidente?», preguntó Ramos en el video original.

«Por supuesto que quiero ser presidente, ¿quién no? Los presidentes roban, matan, desaparecen personas, joden a la gente, venden el país», respondió Arau. «En realidad, ya sé que voy a ganar las elecciones» dijo, adelantando un fraude electoral.

Cuando Ramos preguntó en la entrevista real sobre la imagen de la Ciudad de México como una de las más mortíferas del mundo, Arau tuvo la respuesta perfecta:

«¡Es una de las ciudades mas seguras que hay! Seguro te asaltan, seguro te transan, seguro te agandallan, seguro te sacan una lana. Yo me he propuesto a hacer dos homicidos al día para mantener las cifras», dijo Arau con una sonrisa.

El video tiene 1.9 millones de visitas.

Por ahora, Arau se está divirtiendo. Ha emitido facturas falsas de $16 pesos (el costo de un litro de gasolina después de un alza de precios que Peña Nieto prometió que no ocurriría), junto con boletas premarcadas a su favor. También está planeando que sus seguidores cuelguen carteles de su campaña en luminarias callejeras, mientras él dará una serie de discursos en el metro de la Ciudad de México.

Pese a la diversión, dice también sentirse deprimido y fuera de sí.

Al menos 14 periodistas fueron asesinados el año pasado, convirtiendo a México en el país más peligroso para los reporteros en 2017. Los asesinatos permanecen sin resolver, pero muchos estaban investigando la corrupción oficial cuando fueron asesinados. Algunos de ellos eran amigos de Arau.

«Si eres honesto no tienes porque matar a un periodista», dijo Arau. Esa idea se convirtió en la base de su campaña ficticia completamente transparente.

Arau dice que le está pidiendo a la gente que escriba su nombre en el lugar donde los votantes indecisos o que protestan a menudo escriben Cantinflas o El Chavo del 8.

¿Qué planea hacer el día de las elecciones?

«Espero que no me roben las elecciones», dice riendo. Pero advierte: «Yo pago la quema de urnas».