AI exige esclarecer asesinato de activista brasileña

Amnistía Internacional (AI) volvió a exigir hoy resultados de las investigaciones de la Policía brasileña sobre el asesinato a tiros de la concejala y activista Marielle Franco, ya que, transcurridos tres meses desde el crimen, aún “no hay esclarecimientos” de las autoridades.

Marielle Franco, mujer, negra, lesbiana, militante, activista de derechos humanos y quinta concejala más votada de Río de Janeiro, fue asesinada a tiros junto con su conductor, Anderson Gomes, en una calle céntrica de esta ciudad cuando transitaba en su vehículo tras participar en un debate público en la noche del 14 de marzo de 2018.

Tres meses después del brutal asesinato aún no hay ningún esclarecimiento sobre el crimen.

Hasta el momento se sabe que las cámaras cercanas al lugar del crimen fueron apagadas, que la persona que apretó el gatillo tenía entrenamiento para manejar el armamento y que la munición utilizada fue desviada de un lote vendido a la Policía Federal.

Según una nota divulgada hoy por AI, la subametralladora empleada en el asesinato es de uso restringido de las fuerzas de seguridad y puede haber sido desviada del arsenal de la propia Policía Civil de Río de Janeiro, precisamente el órgano que investiga el caso.

De acuerdo con las autoridades, la primera línea de investigación se enfoca en las milicias, organizaciones criminales integradas por expolicías, que controlan diversas áreas de Río y cuya presencia se ha incrementado en la última década, tesis que confirmó el propio ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann, un mes después del asesinato de la concejala.

Por el asesinato de Franco hasta el momento un concejal, un expolicía son investigados tras ser acusados por un testigo.

El testigo, según el diario O Globo, implicó al concejal Marcello Siciliano, del Partido Humanista de la Solidaridad (PHS), y a Orlando Oliveira de Araújo, un expolicía que está preso acusado de comandar una milicia.

Aunque Siciliano negó públicamente cualquier tipo de implicación con el crimen de Franco y afirmó que su relación con la concejala “era buena” y que “nunca hubo conflictos políticos” entre ambos, la revelación de una grabación de una llamada de su celular al parecer indica que sí tenía contacto con milicianos.

Oliveira de Araújo también negó estar implicado y dijo haber sido presionado por un comisario para confesarse culpable del asesinato.

Sin embargo, de acuerdo con un artículo publicado por la revista Veja, la línea de investigación que siguen las autoridades estaría bajo sospecha y el testigo de las autoridades “habría sido plantado para perjudicar al concejal Siciliano e incluso dificultar el descubrimiento de los autores del crimen”.

De acuerdo con la revista, el coordinador del grupo de Fuerza-tarea creado por la Fiscalía de Río para supervisar el caso, Homero Freitas Filho, afirmó tener dudas sobre la validez de las declaraciones que dio el testigo clave y que acusan a Siciliano y a Oliveira de Araújo.
Para el fiscal esas declaraciones no pueden ser descartadas, pero deben ser vistas con “mucha cautela”, según publicó Veja.

De acuerdo con lo dicho por Freitas Filho a la revista, el relato del testigo “no tiene coherencia“, porque según el testimonio, lo que motivó el asesinato habría sido la actuación de Marielle en áreas dominadas por la milicia y bajo influencia de Siciliano.

Pero, según el fiscal, el trabajo desarrollado por la concejala en esa zona era “incipiente” y no justificaría su muerte.

En el artículo, la revista señala que “la polémica relacionada al testimonio es aún mayor, involucra el papel ejercido en el caso por comisarios de la Policía Federal y disputas entre concejales por influencia político-electoral en áreas en que hay notoria actuación de milicianos”.

Ante la demora de las autoridades para esclarecer el crimen y la serie de hipótesis que comienzan a formarse alrededor del mismo, AI exigió la “actuación estratégica del Ministerio Público en el caso”, mediante la intervención de dos grupos específicos de la Fiscalía, así como mediante el “monitoreo de la actuación de la Policía Civil en la investigación”.

Franco, de 38 años, socióloga de profesión y quien nació y fue criada en Maré, una de los complejos de favelas más pobres de Río, era conocida por sus denuncias contra los excesos de la Policía y sus críticas a la intervención federal en la seguridad de esa ciudad decretada por el Gobierno en febrero y que puso el control de esa área en manos de los militares un mes antes de su muerte.