¿Qué pasó con #MarcoAntonio entre el martes y el domingo?

Foto: El Heraldo de México

Durante la semana pasada, circuló en redes sociales la imagen de Marco Antonio Sánchez Flores, desaparecido el pasado martes 23 de enero en la Ciudad de México. El joven de 17 años fue visto por última vez en la colonia el Rosario, justo en el límite entre Tlalnepantla (Estado de México) y Azcapotzalco (Ciudad de México), cuando era detenido por dos policías capitalinos.

Un día después de esto, Edith Flores, madre del joven, acudió a las autoridades a denunciar la desaparición de su hijo. De acuerdo a su declaración, revisó el material de las cámaras de seguridad de la zona en el C5. Las patrullas fueron localizadas pero, a pesar de la declaración de los patrulleros que detuvieron al joven en la estación del Metrobús Rosario de que lo habían liberado unos minutos después a unas calles de la estación, en ninguna cámara se podía observar a nadie descendiendo de la patrulla.

Cinco días después de la desaparición -el domingo 28 de enero a las 11 de la mañana- y tras la presión ejercida en redes sociales, Edith y su esposo, Marco Sánchez, recibieron una llamada para acudir a la Fiscalía Antisecuestro de la Ciudad de México y «revisar unos videos»; al presentarse con el fiscal Willy Zúñiga, este les informó que las grabaciones en cuestión estaban en la fiscalía de Tlalnepantla, Estado de México.

Al mismo tiempo, decenas de personas se presentaban en el Ángel de la Independencia para una protesta convocada a través de redes sociales, donde exigían la aparición con vida del joven y reclamaban la inacción del Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera. Para entonces, la ONU ya había emitido un comunicado, demandando a las autoridades esclarecer el caso que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal ya había clasificado como «desaparición forzada».

«No quiero que Marco sea el número 44» declaró Magnolia Sánchez, hermana del desaparecido, durante la marcha, haciendo referencia a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 tras ser detenidos por policías del Estado de Guerrero.

Por su parte, los padres de Marco Antonio arribaron al C4 de Tlalnepantla, donde pasaron cuatro horas revisando videos de cámaras de seguridad. Finalmente, Edith Flores soltó un grito de emoción: en la grabación del juez cívico de Tlalnepantla aparecía su hijo, con prendas distintas a las que llevaba al desaparecer (cuando fue visto por última vez llevaba un suéter azul, sudadera negra y tenis y en la grabación aparecía con playera blanca, un pants y zapatos negros), se lo veía confundido y cojeaba.

Tras cinco días de tensión e incertidumbre, la madre del joven soltó a llorar. Marco estuvo alrededor de una hora en el juzgado, donde fue llevado en la noche del sábado tras ser localizado en un puente con supuesta intención de suicidarse, pero no quiso dar su nombre y, a decir de los policías, dado que no había delito que perseguir, fue puesto en libertad a las 23:45 hrs… nadie intentó auxiliarlo, localizar a su familia y ni siquiera figura en los archivos de ingresos.

«Me lo echaron a la calle como un perro» repetía la angustiada madre, tras escuchar que el joven fue echado de nuevo a la calle a pesar de que ya se había emitido la alerta para localizarlo.

Edith y Marco debieron volver a la Fiscalía capitalina para declarar que el joven en las grabaciones sí parecía ser su hijo, apenas unas horas después de que la Fiscalía llamara a conferencia de prensa para «deslindar» a los policías con la declaración de haber liberado a Marco Antonio a unas calles del punto de la detención.

Alrededor de las 7 de la noche, los padres del adolescente regresaban a Tlalnepantla acompañados de policías de investigación, ahí fueron informados de un operativo desplegado para encontrar a su hijo, con más de 50 elementos a pie y en patrullas. Al mismo tiempo, la familia había dado con otra pista: Marco había intentado tomar un taxi a las 2 de la mañana del sábado pero no supo dar su dirección; a decir de los choferes sólo pidió «llévenme a mi casa» por lo que, al verlo aturdido, el taxista que lo atendió ofreció llamar a un policía que lo auxiliara, lo que provocó que saliera corriendo del auto.

Tras una presunta llamada ciudadana, un chico que correspondía a las características de Marco Antonio fue localizado en el municipio de Melchor Ocampo, en el Estado de México, a casi 40 kilómetros de la colonia El Rosario donde el desaparecido había sido visto por última vez. La Fiscalía de la CDMX mostró a Edith una fotografía del chico y le pidieron reconocer si se trataba de su hijo; cuando ella confirmó que sí parecía serlo (de nuevo con ropa distinta: suéter azul y pantalón gris), le pidieron trasladarse de nuevo a Tlalnepantla para verlo físicamente y confirmarlo.

A las 9 de la noche, el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera comenzó una conferencia de prensa (con casi una hora de atraso) para informar que el joven había sido localizado… aunque los padres de Marco Antonio aún no se encontraban personalmente con él.

Poco antes de las 11 de la noche se produjo por fin el encuentro entre Marco Antonio y sus padres, terminando la incertidumbre de la familia tras cinco días de angustia. A pesar de la conferencia de Mancera, casi 2 horas antes, fue hasta ese momento cuando ocurrió la identificación definitiva y en persona.

El joven de 17 años fue revisado por un médico legista en el Centro de Justicia de Tlalnepantla y después fue trasladado a un hospital psiquiátrico a las 3 de la mañana, para una valoración exhaustiva: se encontraba desorientado e incapaz de hilar discursos coherentes, mucho menos rendir una declaración sobre lo que le ocurrió desde el pasado martes 23.

Continúan las preguntas

A pesar de que Marco ya apareció, persisten múltiples interrogantes sobre su caso: qué pasó con él cuando los policías lo levantaron en la estación del Metrobús, por qué no fue presentado ante el Ministerio Público tras su detención, por qué la familia no fue notificada si se trataba de un menor de edad, dónde estuvo entre el martes y el sábado cuando fue presentado ante el juez cívico de Tlalnepantla, adónde fue tras abandonar el taxi y cómo es que llegó hasta Melchor Ocampo donde finalmente fue localizado, así como los múltiples cambios de ropa.

Sin embargo, hay ciertos indicios de que las respuestas, si es que se llegan a tener, no serán buenas noticias.

Para empezar, el lugar donde los policías detuvieron a Marco Antonio Sánchez Flores es identificado por los comerciantes, choferes de transporte y checadores, como una zona de extorsiones por parte de los policías para con los estudiantes: es una zona donde convergen la línea 7 del Metro (correspondencia Rosario – Barranca del Muerto), la línea 6 del Metrobús (correspondencia Rosario – Villa de Aragón) así como la vía Aquiles Serdán, que conecta con la calzada México-Tacuba y la vía Gustavo Baz-Prada; en sus cercanías se encuentran el Colegio de Bachilleres 1 y el CCH Azcapotzalco.

En esta unión de caminos, los policías no actúan contra los delincuentes flagrantes como ladrones de autos, autopartes, narco-menudistas o asaltantes, declaran los choferes, sino que detienen a los adolescentes de bachillerato, los revisan y les solicitan dinero a cambio de no llevarlos detenidos.

El día de su detención, Marco Antonio se encontraba fotografiando una pared llena de grafitis, en un pasillo estrecho que conduce a la estación de Metrobús y donde se pueden encontrar cámaras de seguridad del Gobierno capitalino, los equipos son funcionales y reciben mantenimiento periódico, a decir de los locatarios y transportistas, sin embargo no hay botones de pánico en la zona.

Tras ser detenido, Marco Antonio debió haber sido presentado ante la Agencia del Ministerio Público No. 40 en San Pablo Xalpa, Azcapotzalco; en auto, es un traslado de unos 7 minutos, recorriendo la calle de Cultura Norte, la Avenida de las Culturas -frente al Colegio de Bachilleres-, la calle Andrés Henestrosa y Ferrocarriles Nacionales. En algún punto de esta ruta, según los policías, dejaron bajar al joven, aunque ninguna de las cámaras de la zona registra el descenso y en un martes por la tarde, el movimiento es intenso y hay gran afluencia de gente.

El estado de salud de Marco Antonio definirá cuándo podrá rendir su declaración para que sea posible continuar la investigación y deslindar responsabilidades. Sea cual sea el resultado, tanto la policía del Estado de México como la de la capital y, particularmente, el sector hormiga de Azcapotzalco, deberán rendir cuentas sobre su actuación en este caso.

Fuente