Al menos le pareció buena idea a un activista de Greenpeace Reino Unido que, durante la visita del mandatario estadounidense al país, se acercó al Turnberry Golf Resort en Escocia —propiedad del mismo magnate— con un mensaje: ‘Trump está muy por debajo de la media #resist’ (‘Trump well below par #resist’, en inglés).
En el momento en el que el paramotorista se acerca a las instalaciones, una multitud —agentes de seguridad y guardaespaldas incluidos— empiezan a entrar rápidamente en el ‘resort’ para proteger al presidente. El vídeo lo ha publicado la propia Greenpeace en su cuenta de Twitter.
We've hit @realDonaldTrump where it hurts – at his golf course. Trump does not believe in climate change. He's pulled the US out of the Paris Agreement, and is committed to burning more climate wrecking coal. We couldn't let him get away with a quiet game of golf… #resist pic.twitter.com/Di9SllcqN1
— Greenpeace UK (@GreenpeaceUK) July 14, 2018
Los servicios de seguridad habían tramitado todos los permisos para declarar el territorio de las inmediaciones como ‘zona de exclusión aérea’ durante la visita de Trump, por lo que tras el incidente se está intentando averiguar la identidad del activista, si bien desde la plataforma aseguran que avisaron a la policía local de sus planes.
Según el periódico USA Today, el autor de la protesta voló unos cinco kilómetros desde Ayrshire (Escocia). Greenpeace ha denunciado la indiferencia y el desdén con el que Trump trata el cambio climático.
«Trump dice que el cambio climático es un mito. Sacó a Estados Unidos del acuerdo de París y desmanteló el plan de Obama para la energía limpia que podría haber reducido la polución del país», explica Ben Stewart, portavoz de Greenpeace, en Scottish Daily Record. «Está decidido a quemar más carbón y a volver a permitir que se extraiga más petróleo del Ártico. Y eso sin mencionar las separaciones forzadas de menores y de sus familias y que luego los mete en jaulas».
La visita del presidente norteamericano al Reino Unido también estuvo marcada por otras protestas, esta vez en Londres. Incluido un bebé gigante, en pañales, con la cara del mandatario.