Islandia se quiere convertir en el primer país de Europa en prohibir la circuncisión en niños pequeños. El Gobierno presentó una propuesta en el Alþingi (Parlamento) la semana pasada en la que se estipulan hasta seis años de prisión para los que faciliten esta práctica, siempre y cuando no esté motivada por razones médicas.
«Cualquier persona que ataque al cuerpo causando daños a la salud de un niño o una mujer al extraer parte o todos los órganos sexuales será encarcelada hasta por seis años», dice la propuesta que, de aprobarse entrará en vigor «inmediatamente». Ante esta nueva prohibición, las comunidades musulmanas y judías en el país nórdico se han echado las manos a la cabeza.
La Conferencia de Judíos Europeos (EJC, por sus siglas en inglés) ha condenado la medida a través de un comunicado. «[Islandia] está a punto de atacar al judaísmo de una manera que concierne a los judíos de todo el mundo». La EJC cree que la circuncisión es el elemento central de esta religión monoteísta. «A lo largo de la historia, más de un régimen opresivo ha intentado reprimir a nuestro pueblo y erradicar el judaísmo al prohibir nuestras prácticas religiosas», señalan en una carta los dirigentes judíos de Dinamarca, Noruega y Finlandia.
La isla del Atlántico norte, de 320.000 habitantes, había puesto fin a la ablación en 2005 y el Ejecutivo considera que es hora de erradicar también la circuncisión en respeto a los derechos humanos. El Consejo de Europa equiparó en 2013 la circuncisión con la ablación.
Los nueve ponentes de la polémica ley justifican su propuesta en que la circuncisión se realiza sin anestesia y que esto provoca un inmenso dolor a los niños en una edad muy temprana y sin que lo hayan elegido. «Estamos hablando de los derechos de los niños, no de creencias religiosas», dice una diputada del Partido Progreso (centroderecha). Entre los judíos (unos 250, según cálculos de la BBC), lo más común es que los niños sean circuncidados en el octavo día de vida. Entre los musulmanes (1.500), lo habitual es que los niños sean circuncidados cuando tienen aproximadamente 10 años, dice el Gobierno en un comunicado.
Otro de los motivos por los que Islandia se plantea la prohibición de esta práctica es que normalmente no se realiza en hospitales o en lugares esterilizados y acondicionados para ellos, sino que son llevados a cabo por líderes religiosos y no por médicos titulados. «Existe un alto riesgo de infecciones en tales condiciones que pueden conducir a la muerte», concluye la propuesta de ley.