La abogada y activista egipcia Azza Solimán, galardonada este año con el premio Allard a la integridad internacional, aseguró a Efe en una entrevista que la situación actual en Egipto es «muy peligrosa» para una activista que defiende los derechos de las mujeres.
Cuenta que lleva años denunciando las injusticias que viven las mujeres en Egipto, donde «una mujer debe acudir a juicio y presentar pruebas para obtener el divorcio», mientras que el hombre «lo puede obtener muy fácilmente», en virtud de la «Ley de la familia«.
Esta y otras muchas injusticias que enumera, como los matrimonios de menores o la violencia de género, fueron las que la llevaron a fundar en 1995 el Centro para la Asistencia Legal de las Mujeres Egipcias (CEWLA), que está enfocado en la defensa de los derechos de las mujeres en el plano jurídico.
Pero CEWLA, según explicó a Efe Solimán, va más allá del plano legal: actualmente la ONG lleva a cabo campañas de concientización sobre el problema de la discriminación contra la mujer en Egipto y colabora con «líderes religiosos, jueces y otros dirigentes» para tratar de concienciar a la sociedad.