Creciente contaminación debido al uso masivo de cubre bocas en Texcoco

Los días de aislamiento en todo el mundo han generado diversos paisajes donde se ve que sin humanos, la naturaleza reclama lo que es suyo y aun con carreteras, grandes edificios, los barcos varados en la costa, los animales regresan a su hábitat, la falta de ruido y contaminación forman parte de los beneficios que la pausa del ritmo del vida de las personas ha dejado en estos meses al planeta, sin embargo, hay otros problemas que se derivan de la pandemia del coronavirus, como la utilización masiva de cubrebocas o mascarillas, el regreso a las bolsas de plástico y el unicel.

OceansAsia, publicó una fotografía de una costa ubicada en el sur de Hong Kong, en la imagen destaca que las mascarillas han pasado a  ser una nueva fuente de contaminación.TEXCOCO PHOTO

La cuarentena en todo el mundo ha puesto los ojos en la comida para llevar y para ello, a gran escala las bolsas de plástico, aquellas que tardan más de 100 años y que desde enero comenzaron a ser prohibidas en la Ciudad de México y de forma no oficial, algunos municipios mexiquenses adquirieron ese hábito que es resultado de la compra de insumo en la capital, han vuelto, forman parte del paquete de entrega de la comida a domicilio así como su presencia en las compras en mercados y supermercados y el uso de unicel para contener los alimentos.

A esto se suma el consumo de cubrebocas, que se han considerado en todo el mundo como una medida de uso obligatorio para evitar mayores contagios, esas mascarillas que ahora se producen por millones en la industria textil de todo el mundo incluyendo México, en gran parte son desechables, se usan por unas horas, un solo viaje en el metro, el transporte público, de compras en el mercado y terminan en el bote de basura, donde se ha pedido sean cortados en pedazos para evitar que sean material reciclado.