Cómo los limones dieron forma a una de las organizaciones criminales más grandes del mundo

¿Qué tienen que ver los limones y las naranjas con ‘El Padrino’? De acuerdo a una reciente investigación del Journal of Economic History, un apogeo de la industria de los cítricos podría ser responsable del establecimiento de la Mafia Siciliana durante el siglo XIX.

Según este estudio, la demanda de limones y naranjas aumentó en el siglo XVIII después de que el cirujano de la Marina Británica, James Lind, descubriera que el escorbuto puede prevenirse fácilmente consumiendo cítricos: hasta ese momento, los limones eran vistos como un artículo de lujo, y eran usados para decoración y por su aroma, pero no se comían.

Tras el descubrimiento de Lind, las exportaciones del juego de limón siciliano aumentaron entre 1837 y 1850 de apenas 740 a casi 20 mil 707 barriles. Esto implicó también que las tierras dedicadas al cultivo de árboles cítricos en la Sicilia aumentaron, de 7 mil 695 a 26 mil 840 hectáreas para 1880.

¿Y por qué Sicilia? La campiña italiana era uno de los pocos lugares en Europa donde las condiciones climáticas y geográficas permitían cultivar limones, y resultó además ser una región muy fértil. En su libro ‘Cosa Nostra: Una Historia de la Mafia Siciliana’ John Dickie explica que el cultivo de cítricos lanzó una utilidad 60 veces más grande que el promedio en el resto de la isla.

Sin embargo, los limones, fácilmente transportables, eran extremadamente vulnerables a los ladrones, que entraban de noche a las huertas para robar las preciadas frutas. Y es aquí donde la proto-mafia (los primeros organismos de la mafia) entra en acción: los productores contrataban hombres para proteger sus árboles y actuar como intermediarios entre comerciantes y exportadores. De ahí, sus servicios evolucionaron a la protección de las transacciones y, debido al poder económico de la industria en ese momento, su influencia aumentó, dando lugar eventualmente a la violenta organización criminal que hoy conocemos como la Mafia Siciliana.

Los autores del estudio explican que la organización «surgió como una respuesta a una demanda externa de naranjas y limones» pero que unas fuerzas del orden débiles y una población extremadamente pobre favorecieron el florecimiento de la organización criminal.

«El punto a resaltar es que ingresos extraordinarios combinados con instituciones débiles pueden provocar un vacío que será explotado por actividades ilegales» declaró el autor Arcangelo Dimico al Washington Post.

Y aunque la industria de los cítricos es parte fundamental de la historia, no es toda la historia como resalta Baris Cayli, de la Universidad de Derby: «Las razones fundamentales fueron la injusticia social en la economía agraria, la falta de un cuerpo policial efectivo para atender las necesidades de los campesinos, el control de las tierras por terratenientes, la relación entre las clases políticas y la élite y el proceso de nacionalización»

La moraleja de la Historia: si la vida te la limones, establece tu propia organización criminal internacional.

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