El papel del activismo en México posterior al asesinato de activista trans

El asesinato de Elizabeth Montaño, activista de derechos LGBT, demuestra lo desprotegido que están activistas en la comunidad, a nadie pueden engañar con ese peritaje lleno de inconsistencias, comentó Red Mexicana de Mujeres Trans.

La semana pasada fue hallado el cuerpo sin vida de la doctora María Elizabeth Montaño en el estado de Morelos. Fue una activista que dedicó parte de su labor en el IMSS para promover un trato inclusivo a la comunidad. Varias organizaciones civiles han solicitado a la Fiscalía de la entidad que este caso sea investigado como parte de un acto transfóbico.

La Red Mexicana de Mujeres Trans en Aguascalientes, coordinador por Susan Any Rodriguez Muñoz, criticó duramente los peritajes hechos por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México pues sus peritajes señalaban que la muerte de Elizabeth Montaño fue un suicidio, a pesar de que los indicios de su muerte no concuerdan.

Según el peritaje, la activista había muerto por ingesta de medicamento controlado, sin embargo, no se encontraron medicamentos en su domicilio ni en su poder y la activista no presentaba tendencias suicidas.

Rodríguez Muñoz señaló que no engañan a nadie con esos peritajes y pareciese que no quieren trabajar para aclarar el caso, “todo apunta a que fue un crimen de odio”. Dijo que se debe de exigir justicia por este y más casos de transfeminicidios que han ocurrido en el país.

Resaltó que también cabe la posibilidad de que estos hechos hayan sido derivados por su labor como activista, pues aceptó que aún persiste acoso hacia activista: “El simple hecho de luchar por el derecho tuyo o de alguien y causes ruido, corres peligro. Aquí nosotras estábamos luchando por el matrimonio igualitario y la identidad de género que no se ha logrado, ha causado molestias por al obispo y crea sus grupos de choque”.