México llega a las urnas en las elecciones del domingo gravemente herido y sangrando por la violencia de todo tipo. Uno de los efectos ha sido la pérdida de miembros de ambas cámaras en la Ciudad de México la semana pasada durante su escala de campaña antes de salir a las diferentes regiones de este país como candidatos a alcaldes o concejales; pero también hay otras consecuencias -especialmente cuando se trata de la inseguridad que trasciende los días alrededor de la hora de las votaciones aunque sólo se trate de seis estados hoy -por supuesto-, porque no importa cuán tranquilas parezcan las cosas ahora en comparación con los años pasados donde había campañas municipales sucediendo simultáneamente.
