En los dos últimos años en Estados Unidos, los legisladores estatales republicanos han presentado más de 300 proyectos de ley que afectan a la comunidad transexual, la mayoría de ellos centrados en los jóvenes.
Aunque no todas las propuestas han salido adelante, muchos activistas advierten de un entorno cada vez más hostil para los derechos LGBTQ+ en las cámaras estatales de todo el país.
La disforia de género es un diagnóstico psiquiátrico que implica una angustia y un malestar significativos asociados a un desajuste entre la identidad de género y el sexo asignado al nacer.
En los niños pequeños, la disforia de género tiende a tratarse con intervenciones sociales y conductuales no médicas (cambiar el nombre, los pronombres o la ropa). Al principio de la adolescencia, alguien que experimente disforia de género puede empezar a recibir bloqueadores de la pubertad (análogos de la GnRH), que frenan temporalmente el desarrollo de rasgos incongruentes con su identidad de género. Y más adelante en la adolescencia pueden empezar a tomar hormonas (testosterona o estradiol).