Los Grammy son los galardones más importantes de la música en Estados Unidos.
Este año, varios de los asistentes y nominados llevaron una rosa blanca en el pecho, como muestra de apoyo al movimiento #Time’sUp! («Se acabó el tiempo»), lanzado en respuesta a los escándalos de acoso sexual que han sacudido el mundo del entretenimiento.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando la cantante cubana-estadounidense Camila Cabello habló sobre la inmigración a EE.UU.
«Este país fue construido por soñadores, para soñadores que persiguen el sueño americano», dijo la joven.
En EE.UU. se les llama «soñadores» a beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), creado por Barack Obama para proteger de la deportación a los inmigrantes indocumentados que entraron al país cuando todavía eran niños.
En setiembre de 2017, el gobierno de Donald Trump anunció que pondría fin a este programa.
Luego de su mensaje, Camila Cabello presentó a U2, la única banda de rock que participó en la ceremonia.
Los irlandeses tocaron afuera del Madison Square Garden, para la Estatua de la Libertad, y la canción elegida fue «Get Out of Your Own Way» . El videoclip de este tema critica directamente a Trump y al Ku Klux Klan.
Además de las referencias políticas, hubo presentaciones emotivas. Como la de Patti LuPone, que cantó «Don’t Cry For Me, Argentina», la canción que le valió un premio Tony cuando en 1979 interpretó a Eva Perón en la producción original del musical «Evita».
El prestigioso compositor y empresario teatral británico Andrew Lloyd Webber, uno de los autores de «Evita», estaba entre el público del Grammy.