El dramático juicio a Larry Nassar concluyó este miércoles con una sentencia de 40 a 175 años de cárcel para el pervertido médico, que abusó durante dos décadas de casi 160 menores y jóvenes mujeres. Además del protagonismo de las víctimas, que desde el pasado martes ofrecieron en público sus duros testimonios, la jueza Rosemarie Aquilina se ha convertido en la inesperada estrella del mediático caso.
Desde su decisión de dar voz a cada una de las 156 víctimas hasta sus últimas palabras dedicadas a Nassar, Aquilina convirtió el juicio en una bomba mediática. Tras el movimiento histórico del #MeToo, la magistrada quiso que Estados Unidos —y el mundo— supiera que las víctimas del abuso sexual también son niñas de Michigan, no solo actrices de Hollywood.
Aquilina, de 59 años, alternó entre el papel de psicóloga y jueza. Tras cada uno de los testimonios, la magistrada ofreció unas palabras de consuelo. Para todas algo distinto. “Ni siquiera el Ejército es tan fuerte como tú. Eres una heroína, una superhéroe”, le dijo a Bailey Lorencen tras su declaración el lunes. “El monstruo que se aprovechó de ti marchitará. Eso es lo que le ocurrirá, porque cuanto más fuerte te haces tú, a medida que sobrepases esto —y lo harás— él se debilita y se apagará. La cárcel no es lugar para que un ser humano viva”, afirmó la jueza a otra de las mujeres.
Con el desfile de víctimas, cuyos gráficos testimonios agitaron el país, la jueza quiso ofrecer a las jóvenes una oportunidad para contarle al mundo su historia: cómo el doctor estrella de la gimnasia estadounidense abusó de ellas durante años, ayudado por un sistema que le protegía.
De cara al agresor, la magistrada no tuvo piedad. Tras leer la sentencia, Aquilina miró fijamente a Nassar y le dijo: “Estoy firmando tu sentencia de muerte. No has hecho nada para que merezcas andar libre jamás. Yo no te dejaría solo ni con mis perros”. Al revisar una carta de Nassar en que le acusaba de estar orquestando un «circo mediático», la jueza tiró los folios con desprecio sobre la mesa y le preguntó si quería romper el acuerdo por el que se declaró culpable. En las redes, los comentarios de la madre soltera de cinco hijos se viralizaron en cuestión de horas. Los abogados de las víctimas defendieron que la puesta en escena de Aquilina servirá para concienciar a los estadounidenses de las implicaciones del abuso sexual.
“Diré esto a la prensa de nuevo. Insisto, solo estoy haciendo mi trabajo. Sé que queréis hablar conmigo, pero esta historia no es sobre mí. Nunca ha sido sobre mí”, concluyó Aquilina minutos antes de levantar la sesión, invitando a las víctimas a celebrar una rueda de prensa en la propia sala. Sin intención o con ella, la magistrada puso durante una semana el foco de atención sobre centenares de niñas anónimas y algunas famosas gimnastas.