El lobo mexicano se encuetra catalogado como subespecie probablemente extinta en el medio silvestre, por ello el «Programa de Acción para la Conservación del Lobo Mexicano” (PACE) de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el “Programa México-Estados Unidos para la Recuperación del Lobo Gris Mexicano” trabaja para lograr reivindicar el destino de estos ejemplares, endémicos del Norte mexicano y las zonas montañosas del Sur de la unión americana.
Ahora, con 11 ejemplares más, suman ya 37 lobos en libertad viviendo en los estados de Chihuahua y Sonora.
El día de hoy se liberó una pareja de lobos, un macho de diez años y una hembra de cinco, con quienes también se dejó en libertad a sus crías, dos machos y una hembra de aproximadamente diecinueve meses de edad. A todos los caninos les fue colocado un collar de rastreamiento satelital para revisar sus movimientos y actividad.
El comisionado nacional de la dependencia, Alejandro Del Mazo Maza, reconoció que durante casi 30 años de reproducción en cautiverio, y gracias a la colaboración de varias instituciones sumadas al esfuerzo de recuperación de esta subespecie, se alcanzó la población necesaria para poder realizar su reintroducción en vida libre.
Las instituciones que fueron partícipes de este logro fueron la Conanp, la Universidad Autónoma de Querétaro, Grupo México (Unidad de Manejo y Aprovechamiento de Vida Silvestre Buenavista del Cobre), el Departamento de Caza y Pesca de Arizona (Arizona Game and Fish Department) y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (U.S. Fish and Wildlife Service).
El lobo mexicano, a diferencia del lobo gris, endémico también del Sur de Estados Unidos, es considerada la escpecie de lobo en mayor peligro de extinción. Los ejemplares de esta especie miden en promedio entre 60 y 80 centímetros de alto por casi 1.80 metros de largo. Los machos pesan al rededor de 33 kilos y las hembras 27 kilos.