Más de 200 muertos en los bombardeos sobre Guta Oriental en Damasco son en su mayoría mujeres y niños

Los 400.000 civiles cercados en Guta Oriental, el último reducto de la rebelión en las afueras de Damasco, viven una semana negra bajo los incesantes bombardeos del régimen. Al menos 229 personas han muerto desde el lunes en la ofensiva más sangrienta registrada contra el enclave insurgente por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en los últimos tres años.

Entre las víctimas se cuentan 58 niños y 43 mujeres. Miles de familias se ocultan en sótanos y refugios mientras Naciones Unidas reclama en vano un inmediato cese de las hostilidades de carácter humanitario.

Las bombas siguen cayendo sin tregua, con más de 75 fallecidos, entre ellos una veintena de menores, el bombardeo de un mercado en la localidad de Arbin se saldó con la muerte de más de 20 civiles.

El interminable asedio ha agravado en particular la situación humanitaria en Guta Oriental. El pasado mes de diciembre, tres decenas de enfermos en estado crítico pudieron ser evacuados desde el enclave a hospitales de la capital con la mediación de la ONU, que registraba entonces 720 casos que precisaban una evacuación urgente.

Los 400.000 habitantes del mayor cerco de civiles sirios en los alrededores de Damasco han sido excluidos de los llamados “acuerdos de reconciliación local”, que el régimen ha ofrecido en los dos últimos años a los rebeldes que se desarmen y abandonen sus feudos. La oposición ha denunciado que estos pactos han sido alcanzados con insurgentes ya vencidos por el hambre, y que solo han contribuido a expulsar de los enclaves suníes en zonas alauíes (rama del islamismo chií) en poder del Gobierno.