Sonora concentra el 75% de las víctimas relacionadas con tráfico de menores en México, de acuerdo con las últimas cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
En los últimos tres años, en Sonora se han registrado en promedio una víctima de este delito cada tres días.
De los 547 víctimas registradas por el SNSP, entre enero de 2015 a noviembre de 2017, 408 se dieron en Sonora.
Se trata de una cifra que recién se conoce luego que el SNSP presentó, a mediados de diciembre, su nueva metodología que amplía el tipo de delitos a reportar y las víctimas que implica.
Guanajuato ocupó la segunda posición de víctimas de tráfico de menores, con 37 casos en los últimos tres años.
En tercer lugar se ubicó Baja California con un global de 13 víctimas, seis en 2015; una en 2016 y seis en 2017.
En el top 5 de entidades se suman también Ciudad de México y Nayarit con 11 víctimas, respectivamente.
En contraste, los estados que presentaron el menor número de víctimas en el lapso registrado son: Coahuila, Durango, Hidalgo y Quintana, con una víctima por entidad.
Aguascalientes, Estado de México y Veracruz reportaron 2 víctimas por entidad, en tanto Oaxaca y Sinaloa registraron 5 víctimas por estado.
Recomendación contra Sonora
En Sonora, el tráfico de menores no es fenómeno nuevo. El pasado 14 de diciembre de 2017, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentó una recomendación contra el gobierno de Sonora por ese delito.
La recomendación se dio luego que, el 26 de marzo de 2015, el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos alertara a la Procuraduría de Justicia de Sonora “sobre el posible tráfico de menores que se realizaba en… dicha entidad… imputable a servidores públicos (sonorenses) del Hospital Infantil y de la entonces Procuraduría del Menor”.
En la recomendación por Graves Violaciones a los Derechos Humanos (9VG/2017), la CNDH emplazó a la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano y al director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tuffic Miguel Ortega, a reparar el daño de 24 padres biológicos cuyos hijos fueron sustraídos.