Bajo vigilancia, el servicio de transporte público se reactiva parcialmente en medio de la crisis por ataques criminales.
Después de nueve días de colapso debido a la violencia generada por grupos criminales en Chilpancingo, se reactivó parcialmente el transporte público, ahora bajo la vigilancia policiaca. La reciente ola de violencia dejó ocho personas muertas, incluyendo siete choferes y el exjefe de Tránsito municipal, José Agustín Maldonado. Además, un transeúnte resultó gravemente herido.
En este episodio de violencia, también fue destituido el delegado de Transportes en la zona Centro, José Erasto Figueroa, acusado por un grupo criminal de servir a intereses contrarios. La anterior crisis en junio y julio de 2023 resultó en el asesinato de 14 conductores, cuando el grupo criminal Los Ardillos acusó a la alcaldesa Norma Otilia de tener pactos con la delincuencia.
Desde temprano, policías estatales y agentes de la Guardia Nacional se desplegaron en bases de transporte, permitiendo la reanudación parcial del servicio. Sin embargo, la oferta de transporte aún se considera insuficiente en algunas áreas de la ciudad y zonas conurbadas, cubriendo aproximadamente el 40% de los mil 600 taxis y camionetas de pasajeros.
Aunque la situación del transporte ha mostrado signos de mejora, las 154 escuelas de la capital aún están a la espera de las indicaciones de la Secretaría de Educación de Guerrero para retomar las clases presenciales. Mientras tanto, la gobernadora Evelyn Salado, respaldada por Morena, ha desplegado 600 efectivos de la policía estatal, ministerial y Guardia Nacional para mantener la seguridad en la zona. La alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez enfrenta investigaciones por presuntos vínculos con la delincuencia organizada.