No hay más que mirar a los posibles ‘presidenciables’ demócratas para 2020 para ver el faccionalismo del partido. Cada uno representa a un grupo. Aquí va una lista de varios de los que más suenan, de sus fortalezas y debilidades ‘identitarias’.
Warren es el ídolo de la izquierda exquisita demócrata. Hace cinco años, en la presentación de su libro ‘Acabemos con esta crisis!’ en la librería Politics and Prose de Washington, el Nobel de Economía y columnista del New York Times Paul Krugman dijo: «mi héroe». Pero eso puede quitarle votos en otros segmentos electorales. La senadora tiene, además, otro problema: no le gusta hacer campaña.
El senador favorece una sanidad pública y universal a la europea, lo que en EEUU es, para muchos, un primer paso hacia el comunismo. Pero no es menos cierto que, tanto en Newark como, ahora, en el Senado, ha colaborado con los hermanos David y Charles Koch -dos bestias negras para los demócratas por su papel como financiadores del Partido Republicano y, más aún, del ‘Tea Party’- y con el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg. Semejante incesto con el capital le puede pasar factura en las primarias.
Su padre, Mario, renunció a presentarse como candidato en 1992, convencido de que, tras la victoria en la Guerra del Golfo, George Bush era imbatible, y dejó el camino abierto a Bill Clinton. Un cuarto de siglo después, el hijo está en la misma posición. Es gobernador del estado de Nueva York, donde, como su padre, está llevando a cabo una política de izquierdas. Claro que tener experiencia de gobierno es pésimo en EEUU, como quedó claro en 2016 (y, también, en 2008). Por si eso no bastara, vive con una mujer sin estar casado, algo que ningún candidato a la Casa Blanca ha hecho jamás. Y es de Nueva York, un estado que puede producir hasta tres candidatos en 2020.
Hasta la fecha, la afroamericana Harris ha destacado como una de las portavoces del ala izquierda y más ‘identitaria’ del Partido Demócrata, sobre todo en cuestiones raciales y de género. Eso es un arma de doble filo, porque le puede ayudar en las primarias, pero destruir en las generales. Aunque, al menos, está en condiciones de competir por el título de sucesora de Bernie Sanders.