Los crímenes de odio en Estados Unidos crecieron en 2016 por segundo año consecutivo, algo que ocurre por primera vez en más de una década, según los datos publicados por el FBI.
De ellos, los cometidos por motivos raciales contra musulmanes y latinos registraron significativos aumentos.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) cifra en 6 mil 121 los crímenes de odio en 2016, lo que comparado con los 5 mil 850 que reportó un año antes, sitúa el aumento en 4.6 por ciento.
Casi el 60 por ciento de los crímenes de odio del año pasado estuvo motivado por la raza de la víctima y en más de la mitad de esos casos, las víctimas fueron negros.
Los crímenes de odio contra latinos crecieron un 15 por ciento frente a los del año anterior y los que se cometieron contra árabes aumentaron un 38 por ciento.
Aunque las cifras del FBI son incompletas, analistas y observadores las interpretaron como una prueba de la polarización existente en 2016, el año de las últimas elecciones presidenciales, que ganó Donald Trump tras una campaña electoral llena de tensiones.
“Es profundamente perturbador ver que los crímenes de odio aumentan por segundo año consecutivo”, manifestó en un comunicado Jonathan A. Greenblatt, presidente de la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés”.
Las estadísticas del FBI se basan en los reportes voluntarios de unas 16 mil agencias de aplicación de la ley y el orden locales. Organizaciones de derechos civiles aseguran por ello que estos datos son solo la punta del iceberg.
La ADL destaca que cerca de 90 ciudades con más de 100 mil habitantes no reportaron un solo crimen de odio el año pasado, una realidad que no cree posible.