Dimite la rectora de la universidad acusada de encubrir los abusos de Larry Nassar

El trepidante caso de Larry Nassar no acabó con su condena de hasta 175 años de cárcel. Eso fue solo el comienzo. Horas después empezó la segunda misión de las víctimas: destapar el conglomerado que protegió a Nassar durante años frente a las denuncias de sus víctimas. La primera en caer fue la rectora de la Universidad Estatal de Michigan, que acusada de encubrir los abusos del médico, presentó su dimisión. Al mismo tiempo, el Comité Olímpico estadounidense anunció una investigación independiente sobre el caso Nassar y amenazó con retirar el certificado a la Federación de Gimnasia como la organización referente de ese deporte si no hace lo mismo.

“A medida que las tragedias se politizan, la búsqueda de culpables es inevitable”, afirmó en un comunicado Lou Anna Simon, la rectora de la Universidad Estatal de Michigan, excusando su decisión. Desde el comienzo de la vista oral contra Nassar, hace 10 días, Simon había sido una de las personas más señaladas por las 156 víctimas del doctor, que ejercía su “tratamiento médico” a las jóvenes deportistas del centro universitario. Rachael Denhollander, la última mujer en ofrecer su testimonio, volvió a insistir en su responsabilidad: “Universidad Estatal de Michigan: todavía no habéis contestado a ninguna pregunta sobre todas las mujeres que fueron calladas. No las escuchasteis. Las silenciasteis”.

Como Denhollander, una gran parte de las mujeres lanzaron acusaciones similares. “La Universidad Estatal de Michigan y la Federación de Gimnasia de Estados Unidos crearon y permitieron una cultura de abuso en sus instituciones”, declaró Sterling Riethman, minutos antes. Para ellas, la decisión de Simon llega tarde y no es la única que debería caer. “Cuando escribí mis quejas sobre los comportamientos de Nassar, Brooke Lemmen, su colega doctora en la Universidad, fue entrevistada sobre mi caso dijo: ‘no le penetró, solo piensa eso porque cuando se tiene 15 años se creen que cualquier cosa entre sus piernas es la vagina’. La verdad era que Larry me había metido los dedos durante 40 minutos”, dijo Denhollander, que fue la mujer que logró la apertura de una investigación criminal en 2016.

Las víctimas también señalaron repetidamente a los responsables del Comité Olímpico y la Federación y les increparon por no asistir presencialmente al juicio. También el miércoles, el Comité anunció su investigación independiente aunque no ofreció muchos detalles sobre quién la liderará o los plazos. Scott Blackmun, sin embargo, afirmó que determinarán quienes conocían la situación y durante cuánto tiempo. “El Comité Olímpico debería haber debería haber estado en el juicio en persona y me disculpo por eso no haber ocurrido. Este mensaje es para pedir perdón a las víctimas. La familia olímpica está entre quienes os han fallado”, dijo Blackmun. Entre las mujeres a quien Nassar agredió se encuentran las reconocidas medallistas Simone Biles, Aly Raisman o Gabby Douglas, entre otras.

El lunes, en pleno juicio, tres directivos de la Federación de Gimnasia dimitieron ante la presión. En marzo de 2017, seis meses después de que estallara el caso Nassar, el presidente de la Federación dejó el cargo por la polémica. Pero Blackmun defendió que no es suficiente y pidió “un cambio entero de liderazgo”. También amenazó con retirar las licencias a la organización como institución responsable de la gimnasia en EE UU.

La renuncia de Simon y las reacciones del mundo de la gimnasia son solo las primeras dentro de un sistema bajo el que Nassar respiró tranquilo, abusando durante dos décadas, sin preocupación de ser descubierto. “Esto es lo que pasa cuando todas las personas adultas que en posiciones de autoridad no hicieron lo que debieron y nos dijeron: ‘estáis equivocadas, estáis confundidas’”, concluyó Denhollander.

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