Los habitantes de Xoco han visto con recelo el nuevo centro comercial desde su construcción. Dicen que este proyecto señala una violación a sus hogares y costumbres. La ceremonia de inauguración del pasado viernes por la tarde sirvió de introducción a lo que está ocurriendo en Mítikah.
La colonia Xoco toma su nombre de un caserío mexicano que data de los años 1300-1521 d.C., pero hay ruinas de edificios que indican la presencia de una antigua ciudad teotihuacana en las cercanías que se asentó por primera vez alrededor del 500 a.C. Por su proximidad y debido a otros restos arqueológicos encontrados aquí.
Los vecinos señalan que no sólo se les ignoró en el proceso de construcción, sino que se llevaron a cabo otras acciones perjudiciales, como la tala de más de 50 árboles y la apropiación de una calle pública. Estas invasiones del espacio también afrentaron su cultura al invadir lo que se utilizaba para eventos sin tener en cuenta las costumbres locales.
Xoco es una comunidad pequeña, y la empresa constructora me ha informado de que ha tomado medidas para minimizar el impacto sobre los habitantes de Xoco en la medida de lo posible. Sin embargo, seguirá siendo importante para los inversores que apoyan este proyecto, porque nuestro éxito depende de lo bien que funcionen estos controles para minimizar las molestias.
