La acciones de Barbosa afectan las metas de alumnos y maestros de la UDLAP

El conflicto en la Universidad de las Américas Puebla ha trascendido del ámbito local al nacional. Hace más de siete meses que sus instalaciones fueron tomadas por elementos de la Policía Estatal, pero en los últimos días se dieron algunos movimientos dentro de esta universidad como la renuncia de Armando Ríos Piter lo que puede traer un fin o solución, sin embargo parece nublado sin que se entienda claramente cómo avanzarán las cosas.

Sea cual sea el motivo de este conflicto, está claro que los estudiantes y los trabajadores no están contentos con el gobierno de Miguel Barbosa. Un incidente menor se ha convertido en algo mucho más de lo esperado por las consecuencias que tiene para los perjudicados: escuelas cerradas; clases interrumpidas mientras los profesores reciben un apoyo mínimo de sus comunidades para mantener los registros actualizados en línea; ciudadanos sin acceso a oportunidades de tutoría que podrían ayudarles a salir adelante en su propio país.

Con marchas, manifestaciones y clases fuera del campus. Los estudiantes han expresado su sentir sobre lo que está sucediendo con su universidad pero de poco ha servido ya que no ha habido suficiente sensibilidad por parte de las autoridades involucradas ni de los responsables en un momento en el que más se necesitan. La situación por la que atraviesa la universidad se convierte en un conflicto político en el que los estudiantes carecen de representación, lo que afecta al funcionamiento de las instituciones.