La violencia contra las mujeres en México es cada vez mayor y peor

Cuando acabe el día, siete mujeres habrán sido asesinadas en México. Hace años que este problema, y en especial el del feminicidio, tiene encendidas las alarmas en el país. Los focos rojos abundan. Las cifras crecen. Las últimas estadísticas dadas a conocer son de 2016 e indican que este crimen aumentó un 63 por ciento en el país, respecto del 2015.

El informe La violencia feminicida en México, presentado conjuntamente por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y ONU Mujeres, compila datos y distintas aristas de este fenómeno, desde 1985 y hasta la actualidad. En el reporte desfilan 31 años de muertes, omisiones e impunidad. Todos marcados por un eje común: la violencia.

Como cualquier otro fenómeno, éste ha evolucionado a lo largo del tiempo. Los estados de la República con más incidencia de muertes de mujeres han cambiado de manera vertiginosa. Y en muchos casos, se sigue la ruta de la violencia por narcotráfico.

Las cifras compiladas en el informe provienen sólo de dependencias oficiales de gobierno. De acuerdo con ellas, en los últimos 31 años se han registrado en el país 52.210 de estos decesos —presumiblemente a causa de homicidio—, de los cuáles 15.535 ocurrieron en los últimos seis años.

Después de que en 2007 la tasa de las muertes de mujeres se había reducido a la mitad respecto a los valores de 1985 (1.9 contra 3.8 defunciones por cada 100.000 mujeres), entre 2007 y 2012 hubo un repunte de 138 por ciento, llegando a niveles nunca antes registrados. La tendencia empezó a cambiar a partir de 2012; la mayor disminución tuvo lugar entre 2013 y 2014. En 2016 se registró un nuevo repunte, con 2.746 casos.

Actualmente Colima encabeza el número de este tipo de homicidios, seguido de Zacatecas, Morelos, Baja California y Tamaulipas. En cuestión de municipio repuntan Acapulco, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Victoria y Ecatepec.

Los rangos de edad de las víctimas presentan algunos cambios. En los últimos años se ha reportado una tendencia creciente de la comisión de este delito en contra de niñas menores de 5 años y mujeres de la tercera edad.

Las formas también son distintas. Aunque desde siempre ha prevalecido el uso de armas de fuego para consumar estos homicidios, ahora se han incrementado los ahorcamientos, el uso de objetos punzocortantes y algunos sin filo, pero contundentes. El nivel de odio con que se realizan estos crímenes es otro. Como nunca, a las mujeres en México se les mata con verdadera saña.

Antes, el escenario más común de los asesinatos era el hogar. Hoy, a comparación de lo que ocurría en 1985, es cinco veces más frecuente que se les mate en público.

A pesar del panorama, las denuncias van a la baja. Y con ello, también el número de sujetos a proceso y sentenciados por feminicidio. De acuerdo con Carlos Echarri, profesor investigador del Colegio de México, esto se debe a una desconfianza generalizada en las instituciones de justicia. Según él, se trata de un círculo vicioso de recelo hacia las autoridades. Que se vuelve omisión. Y que luego desemboca en más comisión de delitos e impunidad.

Imagen vía Inmujeres y ONU Mujeres.

El equipo que hizo posible esta iniciativa, que acopia tendencias y características históricas del fenómeno, afirma que la realidad que viven las mujeres en el país es un serio llamado de atención al gobierno y a sus instancias.

El camino para sanar la situación será muy largo, pero puede empezarse a andar al poner luz sobre las cifras letales, aseguran. Adicionálmente, proponen destinar más inversión a la prevención de estos delitos, realizar más campañas de comunicación al respecto, generar aún más datos y evidencias y asegurar un acceso a la justicia más efectivo, con perspectiva de género.

Al respecto, Echarri considera que es importante dejar claro que a los hombres los asesinan más en el país. Pero a ellos los matan por otros motivos. Y de muy distintas maneras.

 

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