Más de 4 mil personas desplazadas en Chiapas tratarán de recuperar sus vidas luego de que por 45 años fueran víctimas del conflicto armado entre las comunidades de Chenalhó y Chalchihuitán, derivado de una disputa territorial.
Durante décadas, habitantes de Chalchihuitán prefirieron abandonar sus casas y resguardarse en zonas montañosas aledañas, para evadir los ataques de hombres armados procedentes de Chenalhó, quienes en su afán de reclamar una zona territorial ubicada entre ambos municipios, agredían a gente inocente destruyendo sus hogares y acabando con sus tierras.
En noviembre pasado, la Organización de las Naciones Unidas, detalló que el conflicto provocó el desplazamiento de al menos 5 mil indígenas de Chalchihuitán, la mayoría de ellos perdieron sus patrimonios y enfermaron a causa de las extremas condiciones climáticas que enfrentaron durante su exilio forzado. Durante su resguardo en la montaña, se reportaron muertes de niños y ancianos.
A mediados de diciembre, el Tribunal Unitario Agrario de Chiapas, puso fin al conflicto, resolviendo que el territorio en disputa sería regresado a Chenalhó, pues aceptaron, había sido cedido erróneamente a Chalchihuitán por la Secretaría de Reforma Agraria en 1973.
Por su parte el gobierno de Chiapas, se comprometió a entregar ayudas económicas a las familias desplazadas además de construir 300 casas con apoyo de la Sedatu para aquellos cuyos patrimonios fueron quemados o destruidos.
Hace unos días se informó que tras poner fin al conflicto algunas de las familias desplazadas han decidido regresar a su comunidad. Casi todos lo hacen con miedo y más allá de ser un acto de convicción, su regreso se debe primordialmente a las precarias condiciones que atraviesan en los campamentos provisionales de las montañas.