El problema de la evasión fiscal y los paraísos fiscales es particularmente alarmante en América Latina, la región más desigual del planeta, según un informe del año pasado del Foro Económico Mundial.
Entre 2002 y 2015 las fortunas de los multimillonarios de la región aumentaron 21% por año en promedio.
«Gran parte de esta riqueza se mantiene en paraísos fiscales, lo que significa que una parte importante de los beneficios del crecimiento de América Latina está en manos de un pequeño número de personas muy ricas, a expensas de los pobres y la clase media», sostiene el informe.
Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), calculó que en 2014 la evasión fiscal de parte de personas y empresas en la región costó más de US$190.000 millones.
El movimiento sociopolítico Occupy, surgido en EE.UU. en 2011 en pro de la justicia social y económica, tenía como eslogan: «Somos el 99%», para señalar cómo el 1% de la población concentraba una cantidad desproporcionada de riqueza.
Pero según un estudio publicado en septiembre en la revista Buró Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), 80% de todo el dinero guardado en centros financieros offshore, pertenece al 0,1% más rico.
Y 50% de ese monto pertenece al 0,01% de más arriba.
En este sentido, Tax Justice Network afirma que es tanto el dinero invertido en paraísos fiscales que todos los cálculos sobre inequidad económica se quedan cortos.
En un estudio realizado por la organización en 2012, se señlaba que entre US$21 y US$32 billones en activos financieros se encuentran en operaciones offshore, las cuales, en gran parte no son gravadas.
Un informe del año pasado de la consultora The Boston Consulting Group estimó la cifra en US$10 billones, mientras que el publicado en NBER calculó que equivalía a US$7,8 billones.
Este último monto equivale a 10% del PIB global, es decir que es más grande que la economía japonesa.
No obstante, según James Henry, autor del libro The Blood Bankers («Los banqueros de sangre»), el monto asciende a US$36 billones. Eso es el doble del tamaño de la economía de Estados Unidos.