A poco más de dos semanas de su desaparición, Marco Antonio Sánchez Flores aún no se encuentra en condiciones de rendir su declaración ante las mismas autoridades que, en la tarde del 23 de enero, lo detuvieron en las inmediaciones del Metrobús El Rosario en la delegación Azcapotzalco, en el inicio de una desaparición que se extendió por cinco días y que lo llevó a ser internado en el Instituto Nacional de Pediatría.
El adolescente de 17 años aún se encuentra en una condición vulnerable, sin poder hilar discursos coherentes, aunque ya ingiere alimentos y se comunica a un nivel básico: «Papá, quiero ver a mi perro ‘Pancho'» relata Marco Antonio Sánchez, padre del menor. «Ya me reconoce, me dice ‘Papá’ y me da mis besos».
A decir de su familia, Marco Antonio fue torturado y drogado. A decir de su media hermana, Magnolia, las drogas deben haber sido ingeridas pues no muestra piquetes de aguja. Su padre coincide en que el estudiante de la Preparatoria No. 8 de la UNAM fue narcotizado y agrega que debe haber sido torturado.
«Su mamá le ha escuchado balbucear que fueron los policías quienes lo torturaron y lo intoxicaron,» asegura su padre «Seguramente después de madrearlo lo drogaron y dijeron ‘que se lo cargue la fregada’, pero gracias a dios le ayudó la condición física que tiene, por el deporte que siempre ha practicado».
«Le metieron una dosis muy fuerte de drogas, porque la inflamación en el cerebro no ha bajado» relata Magnolia «Al principio que lo internaron tuvo fiebre y convulsiones, todo producto de la desintoxicación, pero afortunadamente ya está mejor.» Afirma que aún no está bien y que de repente canta en inglés: «ahora ya come y duerme mucho. Espero que pronto Marco Antonio pueda dar una declaración completa de lo que le hicieron».
El joven deportista (practicaba tae kwon do con cinta negra, nadaba y corría) fue perseguido, sometido y detenido el pasado martes 23 de enero cuando tomaba fotos de un grafiti en la delegación Azcapotzalco. Uno de sus compañeros alcanzó a tomarle una foto, imagen que después circularía en redes sociales como prueba de su desaparición forzada.
Marco Antonio debería haber sido trasladado al Ministerio Público No. 40 en San Pablo Xalpa pero nunca fue presentado ante la autoridad. Desde la tarde del martes 23 hasta la noche del domingo 28 su familia no tuvo noticias de su paradero. Sin embargo, publicaron la foto de su detención y los datos de su reporte como persona extraviada en redes sociales, donde la presión y la movilización social orilló a las autoridades a responder y colaborar con la familia. Finalmente, Marco Antonio fue devuelto a su familia en la madrugada del lunes 29, tras ser localizado deambulando en el municipio de Melchor Ocampo, Estado de México.
Tras reencontrarse con sus padres, el menor fue trasladado por las autoridades capitalinas al Hospital Psiquiátrico Infantil, un movimiento para desacreditarlo, opina su familia. Tras unas horas en el nosocomio, fue trasladado de nuevo, esta vez al Instituto Nacional de Pediatría donde por fin le realizaron una resonancia magnética, que mostraba una inflamación en el tejido cerebral, lo cual podría ser producto de drogas como metanfetaminas, exceso de taurina y otros enervantes y narcóticos.
«Queremos que las autoridades detengan la campaña de desprestigio contra Marco Antonio y que nos digan qué le hicieron,» exige su hermana «queremos saber por qué nos lo regresaron así, que se castigue a los culpables. Pedimos justicia.»
El caso de Marco Antonio muestra los signos de una desaparición forzada, en la que participaron elementos de la policía de la CDMX y el Estado de México, afirma el abogado de la familia, Simón Hernández del Instituto de Justicia Procesal Penal.
«Si no existiera el testimonio de su amigo y el registro de video en el juzgado de Tlalnepantla, en realidad jamás hubieran reconocido que estuvo en custodia del Estado. Tenemos evidencias de su participación.» explica el defensor, quien hace hincapié en la gravedad del hecho de que ninguna de las autoridades que lo custodió en algún momento tenga registro de sus detenciones.
Por esto, el abogado interpuso el amparo por el delito de desaparición forzada. «Cuando fue detenido, el martes, él tenía una condición normal como cualquier adolescente, y cuando apareció tenía graves afectaciones a su integridad física y personal. Y la Procuraduría General de Justicia capitalina tendrá que dar una explicación de por qué se encuentra en esta situación después de haber estado en custodia de agentes de Seguridad Pública.»
El litigante condena también la desinformación, manipulación y difamación que las autoridades sobre todo de la Ciudad de México, comenzando por el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, han dirigido contra Marco Antonio y en apoyo a los policías implicados: «Un adolescente desaparece a manos de agentes del Estado y aparece con secuelas muy graves, y lejos de que se investigue, el discurso y la narrativa oficial están más enfocados en la vida y el ámbito privado del adolescente. Él era un muchacho normal, pero el mensaje que mandan es que la responsabilidad en este tipo de casos es de las víctimas.»
Agrega que los estudios de sangre y orina del joven proveerán de un diagnóstico integral de la presencia de drogas en su organismo, además de la aplicación del Protocolo de Estambul para determinar si sufrió tortura. Destaca también la intervención de los mandos policiales, tanto por acción directa como por omisión, y la exigencia de que el caso alcance más allá de los responsables materiales y directos.
«Mi hijo es un muchacho normal, es deportista, no consumía drogas.» asegura su padre, quien exige que se investigue a los policías que realizaron la primera detención «Uno de ellos se fue a su pueblo de Guerrero, además ahora resulta que las cámaras de la patrulla no servían»
Y es que para la familia Sánchez Flores, lo principal es demandar justicia, que se esclarezcan los vacíos de información entre el momento en que su hijo fue detenido en Azcapotzalco en la tarde del martes 23, el momento en que fue presentado ante un juez cívico de Tlalnepantla en la madrugada del sábado 27 y el momento en que fue localizado en las calles de Melchor Ocampo a últimas horas del domingo 28.
«Así como nosotros conocemos a nuestro hijo, lo sano que era, Mancera debe conocer a sus policías.» asevera el padre «Mi hijo Marco Antonio no existía mas que para nosotros y nuestra comunidad, y ahora se ha hecho tan famoso que esperamos que después pueda ayudar a muchos jóvenes, para que no les suceda lo que a él le pasó.»
A decir del progenitor, es injusto incriminar a un adolescente que ha sido víctima de desaparición forzada y tortura. «Me ha dicho que quiere volver a hacer deporte. Me sonríe y dice que quiere ir a correr. Gracias a dios está vivo, lo recuperamos, ya veremos lo demás. La verdad pondrá a cada quién en su lugar.»