Al menos 337 personas resultaron heridas en enfrentamientos policiales efectuados en las últimas horas en Cataluña contra manifestantes que querían votar en el referéndum prohibido de independencia.
En un tuit, los servicios de seguridad locales indicaron que «han atendido a 337 personas por las cargas de los cuerpos policiales españoles».
«Nueve de estas personas han requerido el traslado a un centro sanitario. Mayoritariamente se han atendido contusiones, mareos y crisis de ansiedad», señaló en dos mensajes en Twitter.
En las cargas, la policía hizo uso de balas de goma, según afirmaron varios testigos.
Jon Marauri, originario del País Vasco, mostró una de esas balas, tomadas tras una carga policial contra cientos de manifestantes que les cerraban el paso a los agentes después de que estos confiscaran urnas en un colegio electoral. David Pujol, de 37 años, mostró una herida en la pierna. Otros manifestantes dieron parte de estos disparos.
Ante todo esto, el presidente catalán, el independentista Carles Puigdemont, denunció «el uso injustificado, irracional e irresponsable de la violencia por parte del Estado español». Según él, la imagen exterior del Estado «ha seguido empeorando y ha llegado hoy a unas cotas de vergüenza que lo acompañarán por siempre».
«Será el Estado español el que deberá explicar al mundo lo que ha hecho hoy en Cataluña», abundó la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, después de votar.
La Policía Nacional y la Guardia Civil, dos cuerpos que enviaron unos 10.000 refuerzos a Cataluña, irrumpieron en numerosas escuelas de toda la región para incautar urnas y papeletas, a fin de impedir la consulta, prohibida por la justicia española. El propio Puigdemont no pudo votar en el polideportivo donde había previsto hacerlo inicialmente, ya que la Guardia Civil entró en él por la fuerza y tomó su control.