Karla Fernanda «N», una joven de 18 años, está en el centro de una disputa legal en la Ciudad de México tras asesinar a su madre y a su tío.
Ha sido declarada inimputable por su estado mental, pero el juez dice que no hay un procedimiento claro que pueda aplicarse en este caso.
La Procuraduría General de la República insiste en acusarla de feminicidio y homicidio calificado por lo que podría enfrentar hasta 120 años de prisión.
Su historia provocó la indignación de la opinión pública cuando se informó de que la policía había encontrado manchas de sangre y que había pasado tres días conviviendo con la muerte junto a dos perros.
También se supo que Karla Fernanda sufrió violencia física y sexual desde su infancia, de la que las autoridades tenían conocimiento pero no tomaron medidas preventivas; ahora tiene una edad mental de ocho años que le impide comprender la magnitud de lo ocurrido.
