Olvidarán los cargos de Emilio Lozoya por lavado de dinero

Emilio Lozoya ha enfrentado al fin a la justicia mexicana. El exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha rechazado la acusación de lavado de dinero formulada por la Fiscalía, quien cree que recibió recursos de la metalúrgica Altos Hornos de México para después comprar una casa de 1.165 metros cuadrados en un acomodado barrio del poniente de la capital.

El imputado también ha afirmado virtualmente al juez José Artemio Zúñiga haber sido “sistemáticamente intimidado”, “presionado” e “instrumentalizado” en la compleja trama de sobornos que apunta a la cúpula del Gobierno de Enrique Peña Nieto. La audiencia de este martes se llevó a cabo vía remota desde un hospital privado, donde Lozoya está ingresado por una supuesta anemia desde que España lo extraditó.

Lozoya ha declarado esta mañana sobre su participación en el caso Agronitrogenados, la compra de una planta de fertilizantes a sobreprecio por parte de la petrolera estatal en enero de 2014. Este miércoles, el exfuncionario declarará en el asunto relacionado con los sobornos pagados por la constructora brasileña para ser favorecida por la Administración del PRI.

Miguel Ontiveros y Alejandro Rojas, los abogados de Lozoya, dieron a conocer que el acusado ha solicitado el criterio de oportunidad, una figura contemplada en las leyes locales de colaboración con la justicia. De esta forma se ha despejado una de las incógnitas que había rodeado a Lozoya desde su retorno de España. Esta mañana, sin embargo, se ha confirmado que el hombre cercano a Peña Nieto y Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda, se convertirá en testigo colaborador.

Esta forma obliga al acusado a involucrar a tres o más personas en delincuencia organizada para poder acceder a un beneficio en las penas que enfrenta. Los letrados aseguraron esta tarde ante el juez que Lozoya “fue utilizado” en un aparato organizado del poder para delinquir. Los abogados también dijeron que en un “momento oportuno” serán señalados claramente a las personas responsables y los cargos que ocupaban.

Lozoya ha evitado pisar el Reclusorio Norte de la capital mexicana por su “delicado” estado de salud. La Fiscalía asegura que el 17 de julio, cuando el exfuncionario arribó desde Madrid, recibió reportes médicos del Hospital Universitario Fundación Alcorcón. En ellos se diagnosticaba que el paciente sufría cinco días de anemia, por lo que el exdirector de Pemex recibe hierro por vía oral. Ya en el Hospital Ángeles, uno de los más exclusivos de México, también dijo sufrir dolores en el esófago, una lesión provocada por reflujo.