Una nueva forma de hacer política es lo que se necesita en #México

Luis Ernesto Derbez, secretario de Relaciones Exteriores en la administración de Vicente Fox y aspirante a la candidatura del PAN a la presidencia de la república opina que su partido está debilitado y debe aprovechar la coyuntura para robustecer el Frente Ciudadano.

¿Qué percibe para el futuro inmediato del PAN?

—Hay dos cosas que son fundamentales: tenemos que impulsar el Frente Ciudadano por México y cuidar muchísimo lo que realmente es valioso en este momento, la visión de una nueva forma de hacer política y de integrar en la misma a otros grupos que permitan verdaderamente gobernar en México, para que así llevemos el país hacia adelante.

Lo que van a ver por mi parte es un impulso fuerte al Frente, con el que siempre he estado de acuerdo.

Segundo, la definición de un sistema de transparencia de elección que es importantísimo para todos en este momento, que quede claro que el proceso de elección es transparente, es abierto y tiene sentido. No me refiero a una elección.

Una elección abierta, así como la quiere gente c omo Rafael Moreno Valle, en este momento no tiene sentido. Esa elección nos llevaría a la interferencia de otros partidos, particularmente Morena y el PRI, interesados en poner un candidato débil para encabezar el Frente. Por lo tanto, tendríamos que pensar en tener, efectivamente, una serie de debates abiertos en los que se cree un planteamiento entre todos los aspirantes.

Que se piense después de estas discusiones en un proceso en el que haya encuestas, en las que no se pregunte sobre la persona únicamente, sino sobre características que se buscarían para el perfil que representase al Frente. Que se hable de preguntas como: “¿Qué tipo de gobernantes quiere?; de estas personas, ¿quién piensa que es la mejor para manejar democráticamente el país?, etcétera; es decir, características propias y luego a las personas. Que hubiera ese tipo de encuestas que serían sobre la percepción de la gente respecto de cuáles son los valores fundamentales para gobernar a México.

Después, debemos entrar en algo más serio, que sería el concepto que además incluye a toda la gente de los diferentes partidos que forman parte de esto, quizá personas como [Emilio] Álvarez Icaza. Que se les pregunte a todos ellos: “De las personas que están aquí, ¿cuáles son la primera, segunda y tercera opción?, para tener un concepto de quién es la persona menos rechazada por el resto de las fuerzas políticas que se están integrando al Frente Ciudadano.

Me parece que ahí la precipitación de Margarita Zavala es un error, un error de no querer construir, sino de simplemente querer ser la persona y es una equivocación grande de Margarita anteponer el egoísmo personal a la posibilidad de crear y construir un verdadero Frente.

Efectivamente, ahora el PAN sale debilitado. No cabe duda de que Margarita Zavala representaba una porción interesante del partido, pero que no es fundamental.

Quien verdaderamente ha sido el líder dentro de la fracción de Margarita ha sido [Felipe] Calderón. De hecho, se les llama los calderonistas, no los zavalistas. Por lo tanto, aquí se trata de un enfrentamiento que viene de tiempo atrás, de su grupo. Simplemente a Margarita le tocó estar al frente de batalla y no entendió que debía haberse independizado hace tiempo de esta lucha.

¿Un Frente Ciudadano es posible cuando sobre la conformación de éste hay intereses personales?, en concreto, de Ricardo Anaya e incluso Alejandra Barrales.

—Sin duda. Por eso es muy importante que el proceso de apertura se dé, porque limita los egoísmos individuales y obliga a que todos entremos en un juego parejo.

El punto central de la razón por la que Margarita Zavala dice que se va es porque no había la estructura para que hubiera ese piso parejo. Yo creo que en eso, el error que comete es salirse antes de tiempo, irse antes de que verdaderamente fuésemos creando entre todos las condiciones de obligatoriedad, la apertura de la discusión, no solamente a nivel cupular sino con todos aquellos que somos participantes. Ahí se precipita, porque no esperó los tiempos.

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