El líder supremo acusa a “los enemigos de Irán” de instigar las protestas

El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, acusó este martes a los “enemigos de Irán” de azuzar las protestas que sacuden el país desde el pasado jueves. Mientras, las fuerzas de seguridad intentaban frenar las protestas con cientos de detenciones en varios puntos del territorio. El 90% son menores de 25 años. Solo en Teherán, se practicaron 450 arrestos desde el sábado, según fuentes oficiales. El número de fallecidos supera ya la veintena y las autoridades judiciales advirtieron de que se presentarán duros cargos penales contra los acusados, incluidos por relación con servicios secretos extranjeros.

Tras días de protestas y disturbios, el ayatolá Jameneí, el líder iraní, difundió su primera reacción, atribuyendo los incidentes a “los enemigos de Irán que con diferentes herramientas como dinero, armas, política y servicios secretos se han aliado para crear problemas al sistema islámico”. El líder no entró en detalles, pero Ali Shamkhani, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, acusó directamente a Arabia Saudí de orquestar «una guerra de intermediación» contra Irán y advirtió a Riad de que estos actos conllevan la «reacción contundente» de Irán. Shamkhaní aseguró que «los disturbios finalizarán en unos días y no hay ninguna preocupación al respecto.» Estas declaraciones de Shamkhani constituyen la primera postura de una de las autoridades de alto rango del país que acusa a los saudíes de apoyar los actos violentos que han ocurrido al margen de las protestas en Irán.

El líder supremo precisó que «en su momento» hablará con detenimiento al respecto. Es probable que la Casa del Líder vea cerca el final de los disturbios y por eso ha dejado el discurso principal para después de haber acabado las protestas.

El tono de las autoridades iraníes se ha endurecido y da muestras del agotamiento de la tolerancia de las autoridades de seguridad. Musa Ghazanfari, el presidente del Tribunal Revolucionario de Teherán, señaló que se presentarán cargos bajo el grave concepto de moharebeh (que significa “enemistad con dios”), al considerar que algunos de los manifestantes “están conectados con servicios secretos extranjeros», señaló. Según el código islámico, moharebeh consiste en rebelión contra el sistema islámico que se castiga con pena capital.

Por otro lado, el viceministro de Seguridad del Interior, Hossein Zolfaghari, aseguró que «los disturbios finalizarán en los próximos días y que el 90% de los detenidos son menores de 25 años.» Este rango de edad coincide con la mayoría de los parados iraníes, los que se conocen en el lenguaje oficial como «la tercera generación de la revolución.»

Aun así, algunas de las autoridades no reconocen el afán de los manifestantes por una mejora económica. «La mayoría de los arrestados no tienen problemas de subsistencia y han sido entregados a las autoridades judiciales.», apuntó este martes Hossein Ashtarí, jefe de las Fuerzas de Seguridad, aunque explicó que «se ha pedido que [las fuerzas de seguridad] controlen la situación con mayor tolerancia posible.»

Qahdariyán, cerca de Isfahán en el centro de Irán, con seis fallecidos es la localidad con mayor número de víctimas mortales. El choque se produjo cuando los manifestantes trataban de tomar por asalto una comisaría y desarmar a los policías. Un niño de 11 años perdió la vida por impacto de balas en Jomeinishahr según las fuentes oficiales los policías no fueron autores de los disparos. Por otro lado en Kahriz Sang, otra ciudad de la provincia de Isfahán, un miembro de los Guardianes de la Revolución—la fuerza de élite iraní—, fue abatido por el disparo de un fusil de caza.

Este martes ocurrió ningún incidente o concentración importante en la ciudad de Teherán, donde se han arrestado más de 450 personas desde el comienzo de las protestas. Según Aliasghar Naserbakht, el vicegobernador de Teherán, «no ha ocurrido ningún incidente en Teherán y en otras ciudades de la provincia», pero en Gohardasht, uno de los barrios de Karaj, 35 kilómetros al oeste de la capital iraní hubo manifestaciones de protesta, donde incendiaron un autobús. En el primer llamamiento a manifestarse en la ciudad Tabriz, centro de la provincia de Azerbaiyán Oriental, más de 90 personas fueron detenidas. En Arak, centro administrativo de la provincia de Markazi, han arrestado a 100 manifestantes.

Mohamad Jatamí, expresidente iraní y el referente principal de los reformistas, anunció a través de un comunicado que «la gente tiene derecho a expresar su opinión e incluso gritarla», pero al mismo tiempo condenó los actos de los elementos «oportunistas y agitadores».

Aunque al principio las manifestaciones surgieron con exigencias meramente económicas, luego se sumaron otros manifestantes que comenzaron a cuestionar la legitimidad del sistema islámico, lo que causó las declaraciones de apoyo de Trump, Netanyahu y las monarquías del Golfo. Estas posturas por un lado han dado suficiente motivo a las autoridades iraníes para relacionar a los manifestantes con el extranjero y por otro lado han producido un ambiente de reticencia en una parte de la opinión pública iraní a seguir las protestas.

 

 

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