El simbólico vehículo que algunos historiadores citan como el favorito del dictador, será subastado este miércoles en Scottsdale (Arizona, EE UU). La organización Worldwide Auctioneers ha calificado al auto alemán como «el más importante históricamente que se haya subastado» y ha afirmado que el 10% de la venta irá destina a la fundación Simon Wiesenthal Centro para la educación sobre el Holocausto.
Su vendedor, un millonario ruso anónimo, compró este automóvil en 2009 y quien gestionó la venta, Michael Fröhlich, no reveló el precio que tuvo que pagar su cliente, que tras su adquisición lo expuso en un museo ruso de coches para conmemorar el papel del bando soviético en la victoria aliada de la Segunda Guerra Mundial.
Al pasar años en un garaje, los coleccionistas Steve Munson y Joe Ogden lo adquirieron por 50.000 dólares e invirtieron otros 50.000 para restaurarlo cuando verificaron que perteneció al dictador. El Mercedes cambió varias veces y después de pertenecer al agente de casinos Ralph Engelstad, que tuvo que pagar una multa de 1,5 millones de dólares por realizar fiestas de cumpleaños de temática nazi, regresó a Europa, a Rusia.