Pandemias que pusieron en alerta a la humanidad

En la historia la vida humana estuvo expuesta desde tiempos inmemoriales. En muchas ocasiones plagas, pestes, gripes y un sinfín de enfermedades provocaron la muerte de millones de personas, sin que se conocieran inclusos las causas.

En el prólogo de su libro El Decamerón, el escritor italiano Giovanni Boccaccio (16 de junio de 1313 – 21 de diciembre de 1375) nos cuenta cómo vivió la ciudad de Florencia la llamada peste negra, el mal que asoló a la entonces próspera urbe, en la cual solo uno de cada cinco habitantes logró salvar la vida.

Mientras un grupo de jóvenes se encuentra en una iglesia, entre historias de amor, tal vez muy picantes para la época, nos llegan las referencias del mal que no solo afectó a Italia, sino a otros países de Eurasia y cuyo origen ubican en Asia,  posiblemente en China, aunque comenzó a hacer estragos por la ciudad de Mesina.

El mal, tal vez el más devastador que afectó a la humanidad, tuvo su pico de 1347 a 1353, y según los estudiosos del tema, fue provocado por la bacteria Yersinia pestis.

Los judíos fueron culpados en muchos lugares por la propagación de la enfermedad, lo cual generó persecución y muerte, aunque los estudiosos aseguran que el comercio entre Asia y Europa fue la fuente principal de contagio, sobre todo a través de los marineros.

El mal se extendió por todos los países de la región, llegó incluso al norte de África y solo Finlandia e Islandia, entre los países europeos, quedaron al margen.

La medicina de entonces no permitía investigar la enfermedad y tampoco encontrar la cura necesaria, por lo cual cientos de miles de personas quedaron abandonadas a su suerte, muchas de ellas expulsadas de sus casas por los propios familiares.

La viruela acaba con los incas / La viruela, causada por el virus variola, se conocía desde 10.000 años antes de Cristo. Y durante mucho tiempo la epidemias se sucedían unas tras otra diezmando poblaciones enteras, al extremo de que algunas culturas preferían esperar a que los hijos contrajeran la enfermedad y sobrevivieran para luego ponerles un nombre.

De los enfermos, un tercio moría. En la India pensaban que era la bendición de una deidad, lo cual posibilitó que contagiara a muchas personas que acudían a adorar al enfermo, mientras en Europa, durante el siglo XVIII, mató y desfiguró a millones de personas. A América llegó de la manos de los conquistadores y fue factor importante en la derrota del imperio Inca y la caída del Tahuantinsuyo.

Antes, en 1520, afectó a los aztecas que defendían Tenochtitlán y provocó, incluso, la muerte de uno de sus líderes, Cuitláhuac. Sin embargo, se ensañó en el territorio del imperio Inca, donde antes de llegar los españoles vivían unos 14 millones de personas, y para el siglo XVIII apenas estaba poblado por un millón y medio. La viruela mató al emperador Huayna Capac, cuyo deceso generó una guerra civil, bien aprovechada por los conquistadores.

Entre sus víctimas, la viruela incluyó a reyes, emperadores, figuras prominentes de la iglesia y el arte, en un avance desbocado al que la ciencia al final, y muchos años después, le puso coto.

La gripe española de 1918 / La pandemia de gripe, o gripe española, volvió locos a los estudiosos, porque en lugar de ensañarse en los niños y los ancianos, escogió a los jóvenes y adultos saludables, además de los animales, sobre todo a los perros y gatos domésticos, en cuyas filas hizo enormes estragos.