Modelos acusan a los fotógrafos Mario Testino y Bruce Weber de hostigamiento sexual

El éxito de un modelo depende, en buena medida, de su capacidad de provocar deseo. Los gajes del oficio a menudo incluyen estar desnudo y fingir un acto de seducción; la provocación es un detonador de ventas. En la industria de la moda, los límites que distinguen el trato aceptable del inaceptable hacia los modelos están teñidos de una gama de grises.

Esto ha permitido que, durante décadas, fotógrafos prominentes crucen la línea y exploten sexualmente a a sus asistentes y a los modelos. La experiencia, alguna vez considerada como el precio que se debía pagar por una carrera en la industria, ahora es vista como algo más: abuso de poder y acoso sexual.

Quince modelos y exmodelos masculinos que trabajaron con Bruce Weber, cuyos anuncios publicitarios atrevidos para empresas como Calvin Klein y Abercrombie & Fitch lo pusieron a la vanguardia como fotógrafo comercial y de arte, describieron a The New York Times un patrón basado en el comportamiento sexual coercitivo, a menudo durante sesiones fotográficas. Weber, dijeron, usaba el pretexto de ejercicios de respiración para conminarlos a tocarse a sí mismos o al fotógrafo en los lugares donde sintieran “energía”.

Además, trece asistentes y modelos masculinos que han trabajado con el fotógrafo Mario Testino, un favorito de la familia real británica y de la revista Vogue, le dijeron al Times que los sometió a abusos sexuales que en algunos casos incluyeron toqueteos y masturbación.

Los representantes de ambos fotógrafos dijeron que estaban consternados y sorprendidos por las denuncias.

“Estoy completamente impactado y entristecido por las acusaciones atroces que se han hecho en mi contra y que niego rotundamente”, dijo Weber mediante un comunicado emitido por su abogado.

La firma de abogados Lavely & Singer, que representa a Testino, puso en duda las reputaciones y la credibilidad de quienes se quejaron de acoso y señaló que varios exempleados del fotógrafo estaban “impactados por las acusaciones” y “no podían confirmar ninguna de ellas”.

Quienes dicen haber sido sujetos a la conducta indeseada de los fotógrafos dijeron que a menudo tenían que decidir en ese mismo momento entre permitir que sucediera para poder conseguir lucrativos trabajos publicitarios o rechazar la propuesta y arriesgarse a afectar o destruir su carrera. Muchos dijeron que todavía prefieren no hablar públicamente al respecto.

En la moda, los jóvenes son particularmente vulnerables a la explotación. Los modelos son “los menos respetados y los más desechables”, dijo el exmodelo Trish Goff.

“Era una costumbre generalizada advertirle a un modelo acerca de un fotógrafo en particular al que le conocíamos cierta reputación”, declaró Gene Kogan acerca de la época en que trabajó como agente en Next Management entre 1996 y 2002. Sin embargo, dijo, “si decías que no ibas a trabajar con alguien como Bruce Weber o Mario Testino, era mejor empacar tus cosas e irte a trabajar en otra industria”.

¿Mentor o depredador sexual?

Cuando Madonna tuvo a su primera hija en 1996, la persona que tomó las fotos de su bebé para Vanity Fair fue Testino, de 63 años. También fue el hombre que inmortalizó el compromiso del príncipe Guillermo y Kate Middleton y en 2014 recibió la Orden del Imperio Británico. Hace poco estuvo a cargo de la portada de la revista Vogue de febrero, en la que captó a Serena Williams y su hija recién nacida. Quienes lo conocen destacan su entusiasmo y encanto, las celebridades lo adoran y ha trabajado con marcas como Michael Kors, Burberry y Dolce & Gabanna.

Dos modelos dijeron que durante los noventa, cuando trabajaba en campañas de Gucci, Testino tuvo una conducta inapropiada hacia ellos.

“Si querías trabajar con Mario, tenías que hacer una sesión de desnudos en el Chateau Marmont”, dijo Jason Fedele, quien apareció en esas campañas de la marca. “Todos los agentes sabían que es lo que debías hacer para mejorar o progresar en tu carrera”.

“Era un depredador sexual”, dijo Ryan Locke, quien sucedió a Fedele en las campañas para Gucci.

Locke comentó que cuando les dijo a otros modelos que conocería a Testino “todos comenzaron a bromear… dijeron que era muy sabido lo que hacía y que me debía ‘apretar el cinturón’”.

La prueba de Locke para conseguir la campaña tuvo lugar en el hotel de Testino. En vez de recibir a Locke en el vestíbulo, Testino estaba en su habitación, donde abrió la puerta vestido con una bata holgada, según el modelo. Después se enfrascaron en una discusión acerca de si debía estar completamente desnudo en las fotografías de prueba.

Después de que Gucci lo contrató para realizar la campaña publicitaria, Locke dijo que Testino fue agresivo y coqueteó con él durante todo el proceso. Locke recordó que en el último día de la sesión fotográfica, mientras estaban tomando fotografías en una cama, Testino dijo: “No creo que lo esté sintiendo”, y pidió que todos salieran del set.

“Cerró la puerta con llave. Después se subió a la cama, se puso encima de mí y dijo: ‘Soy la chica y tú el chico’. Le dije que mejor se alejara de mí. Le tiré la toalla encima, me vestí y salí de ahí”, dijo Locke.

El diseñador Tom Ford, que entonces trabajaba en Gucci, comentó que no había estado ahí y que no pudo saber qué pasó. Dijo sentir empatía con cualquiera que hubiera sido acosado, pero también advirtió que si un fotógrafo necesita una toma del rostro de un modelo sobre una cama, hay muy pocos ángulos desde donde obtenerla.

Los exasistentes de Testino dijeron que solía contratar a jóvenes, generalmente heterosexuales, y los sometía a comportamientos cada vez más agresivos.

Hugo Tillman estaba recién graduado cuando comenzó a trabajar como asistente fotográfico para Testino en 1996. Testino los llevó a él y a su madre a almorzar y les dijo que quería ser su mentor. “De verdad me cayó bien… de verdad lo admiraba”, dijo Tillman.

Se mudó a París y comenzó a trabajar tiempo completo como el cuarto asistente de Testino. Pronto lo ascendieron al tercer puesto de asistente. “A menudo me hacían sentir incómodo en las sesiones, me pedían que le diera un masaje a Mario en frente de otros asistentes, modelos y editores de moda”, recordó Tillman.

Una noche después de cenar, dijo Tillman, el fotógrafo lo abordó en la calle e intentó besarlo. Unas semanas después, mientras estaban en un viaje de negocios, Tillman se reunió con Testino en su habitación de hotel donde, dijo, el fotógrafo le exigió que le hiciera un porro de marihuana, después lo empujó a una cama, se puso encima de él y sujetó sus brazos para retenerlo. El hermano de Testino habría entrado a la habitación y hecho que el fotógrafo se le quitara de encima a Tillman.

Los abogados de Testino dijeron que su hermano “negaba categóricamente que hubiera ocurrido ese incidente”. La exnovia de Tillman confirmó en una entrevista que le relató este acontecimiento en ese entonces. Tillman también dio su testimonio acerca de la experiencia en una Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York en diciembre pasado.

“El acoso sexual era una realidad constante”, dijo Roman Barrett, quien fue asistente de Testino a finales de los noventa. Barrett dijo que el fotógrafo frotó sus genitales contra su pierna con una erección y se masturbó frente a él.

“Se comportó inadecuadamente en cuartos de hotel, en la parte trasera de automóviles y en vuelos de primera clase”, dijo. “Después las cosas regresaban a la normalidad, y eso te hacía sentir manipulado psicológicamente”.

Otro asistente de Testino que trabajó con él una década más tarde dijo que le bajó los pantalones y le acarició las nalgas mientras estaban trabajando. Otro más dijo que Testino se masturbó sobre él durante un viaje de negocios. Ambos pidieron mantener su anonimato debido a que temen repercusiones en contra de su carrera.

Incluso quienes trabajaron para Testino sin experimentar acoso directo recuerdan una conducta inapropiada. “Vi que metía sus manos en los pantalones de la gente por lo menos diez veces”, dijo Thomas Hargreave, un productor fotográfico que trabajó frecuentemente con Testino entre 2008 y 2016. “A menudo, Mario se comportaba como si todo fuera una gran broma, pero no era gracioso. Y los chicos sometidos a estas situaciones no sabían cómo reaccionar. Me veían como diciendo: ‘¿Qué está pasando? ¿Qué hago?’. Era horrible”.

Lavely & Singer, la firma de abogados que representa a Testino, señaló en una carta en respuesta a estos relatos que quienes hablaron con el Times “no pueden considerarse fuentes confiables”. Escribieron que Tillman había hablado bien de Testino antes y pusieron en duda su salud mental al indicar que “sería muy imprudente” confiar en él como fuente de información.

Los abogados criticaron que Fedele, quien se quejó de las sesiones fotográficas con desnudos, había posado desnudo para otros fotógrafos. También calificaron a Hargreave y Barrett como exempleados insatisfechos.

“A diario me mangoneaban, con una carga de trabajo excesiva, me pagaban mal y me acosaban sexualmente”, dijo Barrett. “Por eso estaba insatisfecho”.

“Estoy diciendo la verdad porque esto debe acabarse ya”, comentó, por su parte, Hargreave.

Una opción ‘que no lo es’

Weber, de 71 años, ha sido uno de los fotógrafos comerciales y de arte más importantes desde la década de los setenta. Su nombre se ha convertido en “sinónimo de imágenes eróticas de hombres jóvenes y atractivos”, según escribió el Times en 1999.

En 2005, fotografió al modelo Robyn Sinclair para la marca Ralph Lauren y trabajaron juntos en varios proyectos más. De acuerdo con Sinclair, los “ejercicios de respiración” —con los que Weber instaba a los jóvenes a tocarse donde sintieran energía y a menudo tomaba las manos para moverlas él— fueron una característica constante de su relación laboral. “Estaba a la vez dispuesto y no dispuesto a hacerlo”, dijo Sinclair. “Quería trabajar”.

Los modelos dicen que Weber solía tener reuniones privadas con jóvenes, ya fuera en largos paseos durante el almuerzo o visitas privadas a la habitación del fotógrafo.

“Incluso tienen un término para describirlo: ‘Van a Brucificarlo’”, dijo Rudi Dollmayer, una modelo sueca que trabajó en sesiones fotográficas con Weber en tres ocasiones.

“Lo presentan como una opción, pero en realidad no lo es”, dijo Erin Williams, una modelo que trabajó en dos campañas de Weber para Abercrombie & Fitch, acerca de trabajar desnuda. En un testimonio para la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York escribió: “Siempre despedían al día siguiente a los modelos que no se desnudaban, y quienes sí lo hacían se quedaban para días adicionales de sesiones. Los chicos que socializaban con Bruce después de las sesiones, solos en su cuarto de hotel, obtenían más trabajo con la carnada de conseguir una campaña principal”.

En 2011, durante una sesión para Vogue Hommes International en Miami, Weber llamó al modelo Josh Ardolf, entonces de 20 años, a un cuarto privado. Weber lo fotografió desnudo y, cuando Ardolf mostró su incomodidad, lo guio con uno de sus ejercicios de respiración.

“Yo estaba guiando su mano”, dijo Ardolf. “Lo hicimos con el pecho, los hombros, la cabeza. Después finalmente puse su mano en mi abdomen. Hice la respiración. Justo después de eso, puso su mano en mis genitales. No sabía qué pensar. Retrocedí. Me sentí muy incómodo y muy asqueado”.

“Me sentí indefenso”, dijo Ardolf. “Como dijo mi agencia, él tiene mucho poder; ha hecho muchas campañas grandes. Eso era lo que estaba pensando entonces. ‘No puedo arruinar esta oportunidad. Ya llegué hasta aquí’”.

Weber llamó por teléfono a Ardolf durante meses subsecuentes. El modelo recuerda que durante las llamadas mencionaba futuras campañas en las que podría participar y le pedía a Ardolf que se tocara los genitales y se estimulara.

“Lo primero que me dijeron acerca de Bruce fue que pone a la gente en situaciones muy comprometedoras”, dijo Terron Wood, un modelo que trabajó en varias campañas publicitarias con Weber entre 2007 y 2010. Su primer trabajo fue para Ruehl, ahora una marca descontinuada de Abercrombie, para lo cual fue citado a solas en el cuarto de hotel de Weber.

Weber le puso la mano en la frente y le dijo que cerrara los ojos e inhalara profundamente. Entonces Weber retrocedió, comenzó a tomar fotografías y le dijo a Wood que tomara su camiseta, que debía jalar hacia abajo o hacia arriba. Desde ahí, Weber le pidió que hiciera lo mismo con sus pantalones cortos hasta que los genitales del modelo quedaron expuestos.

“Todo sucedió lentamente”, dijo Wood. “Te dirige y el momento cumbre es cuando estás completamente desnudo y él te dice que así te quedes. ‘Quédate en esa postura’. Mientras, tú te preguntas para qué son las fotografías. Porque no estás en un set. Piensas: ‘No me están pagando para esto’”.

También se sintió culpable, dijo, sabiendo que había aceptado mostrarle a Weber su pene solo porque “era el fotógrafo de Ralph Lauren”. Weber terminó contratándolo para una campaña de Ralph Lauren.

Cuando Bobby Roaché se marchó de una prueba con Weber en 2007 y denunció que el fotógrafo le había intentado meter la mano en sus pantalones, recuerda que uno de sus agentes reaccionó así: “¿Eso fue todo lo que hizo? Debiste seguir”.

El modelo Monty Hooper comentó que Weber le dijo que debía “aprender a ser más vulnerable” en una sesión de prueba en el estudio del fotógrafo en 2014. En la sesión, Hopper dejó de desvestirse antes de exponer sus genitales, así que Weber lo guio a través de uno de sus ejercicios de respiración. El modelo dijo que Weber le comentó: “Si eres más vulnerable llegarás más lejos en tu carrera de modelo”.

“Me estaba sosteniendo muy de cerca”, dijo Hooper. Perturbado, le agradeció a Weber y se fue. Después de eso, comentó, la cantidad de trabajo que le enviaron se redujo de inmediato.

Hooper era compañero de habitación de otros modelos en un apartamento propiedad de la agencia Soul Artist Management; algunos de sus compañeros también trabajaron con Weber. Uno de ellos, Jason Boyce, interpuso una demanda en diciembre en contra del fotógrafo, el fundador de Soul Artist, Jason Kanner, y la productora Little Bear Inc., dirigida por el agente de Weber, Nan Bush.

En la demanda Boyce acusa que Kanner lo instó a seguirle la corriente a Weber porque era “una gran oportunidad”. En la sesión, según Boyce, Weber lo toqueteó y lo besó. (Los abogados del fotógrafo describieron la queja como “falsa”).

“He utilizado ejercicios de respiración comunes y he fotografiado profesionalmente a miles de modelos desnudos a lo largo de mi carrera, pero jamás toqué a nadie de manera inapropiada. Dado el trabajo de toda mi vida, estas acusaciones tergiversadas y falsas son verdaderamente desoladoras. He tomado fotografías durante más de cuarenta años y he tenido el mayor respeto por todas las personas que he fotografiado. Nunca jamás intentaría lastimar a nadie o evitar que alguien tuviera éxito… simplemente no es así como me comporto”, dijo Weber en su declaración al Times.