El activismo gráfico se dedica a encerrar mil protestas en una imagen. Los diseñadores Sonia Díaz y Gabriel Martínez lo practican bajo el nombre de Un Mundo Feliz. Con este proyecto recurren al lenguaje que mejor conocen para plantear ideas en forma de póster o pegatinas.
Ambos son responsables del estudio de diseño LSD Space, el que les da de comer. Y dedican su tiempo libre y sus recursos propios a plantearse preguntas incómodas bajo el seudónimo Un Mundo Feliz. Su lenguaje visual se basa en parte en logos y eslóganes conocidos por todos. «En vez de pegar pegatinas, creamos imágenes para que a la gente le apetezca pegar pegatinas», cuenta por teléfono a Verne Gabriel Martínez.
Su primera exposición individual, Toh guapo!, «resume diez años de mucha bronca», dicen los diseñadores, en la galería Espacio E de León. En ella se muestra algunas de las imágenes que se pueden ver en este artículo. Sus ilustraciones son de libre uso, no cuentan con derechos de autor, y responden a la corrupción en España, al sexismo que secuestra el cuerpo femenino y a una sociedad deliberadamente infantilizada.
Aunque busca impactar al primer vistazo, Un Mundo Feliz defiende que sus imágenes no son ataques personales: «La intención es plantear ideas. Intentamos generar un diálogo en el que también participamos. Por ejemplo, si alguna de nuestras imágenes publicadas en redes sociales ofende a muchos usuarios, la retiramos sin problema».
Sus discursos se crean desde la inmediatez, reaccionando a los asuntos que se leen en las noticias. «Por eso no lo vemos como verdades universales. Hay veces que, pasado el tiempo, no estamos de acuerdo con lo que dijimos hace años», comenta el diseñador.
«El buen activismo es el que conoce el medio en que se mueve. Por eso lo hacemos a través de nuestra profesión. Es un añadido en nuestra vida, aunque también la parte más importante como diseñadores», dice Martínez.
Cuando empezaron esa doble vida -diseñadores para marcas comerciales de día y activistas gráficos de noche-, parecía impensable que una imagen corporativa se asociara a una causa social polémica. En estos diez años todo ha cambiado. Ahora las empresas compiten por sumarse a la lucha social de moda: «Las marcas ahora son muy listas y no se quieren alejar del cliente. Han entendido que están al servicio de la gente, aunque sea desde un punto de vista comercial».
Después de tocar tantos temas en sus diseños, ¿qué pegatina es la más necesaria en 2018? «La de la tolerancia», responde el diseñador.