El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha aparecido por primera vez en un vídeo en vivo en Facebook, situación en la que los cibernautas y usuarios lo recibieron con gran número de de insultos y reclamos por los resultados de su gestión y el estado general del país. Aunque ha sido la comidilla de redes sociales, el episodio no fue comentado en los entornos políticos.
En el Facebook Live se vio un Maduro sereno y afable, acompañado de su esposa, Cilia Flores, enviando un saludo de carácter global a los usuarios de las redes: «A nuestros amigos y a quiénes no son nuestros amigos». Mientras Maduro conversaba en la red, las imprecaciones, los reclamos y los insultos a su figura y a su Gobierno bajaron como una cascada, acompañados de secuencias continuas de emoticones que ilustraban mucho enojo. Se le echaba en cara el fracaso económico del país; se le cuestionaba la gravedad del problema sanitario y se le llamaba dictador.
Este es el debut de Maduro en esta plataforma. Pero no es la primera vez que el presidente de Venezuela tiene que sortear su intercambio con las masas en medio de silbidos. En agosto de 2016 fue recibido por una turbamulta enojada de personas en Villa Rosa, Isla de Margarita, que le hacían reclamos sobre necesidades insatisfechas y que llegaron a rodear su caravana presidencial. Poco después, los cuerpos de seguridad se llevaron detenidos a los más exaltados. Un episodio similar tuvo lugar pocos meses después en San Félix, estado Bolívar, al sur del país: en plena cadena presidencial de televisión le lanzaron papeles y le hicieron reclamos airados que lo colocaron en apuros.
A partir de lo ocurrido en estos estos eventos, las apariciones de Maduro en actos públicos y el entorno de simpatizantes que lo rodea son organizados con mucho mayor cuidado por su entorno de seguridad y sus asesores.