Descartan el uso de la fuerza con los ciudadanos durante la emergencia del coronavirus

Definitivamente México avanza en la paralización de su actividad económica para frenar la transmisión del coronavirus. No obstante, pese a que las medidas adoptadas tras la declaración del estado de emergencia sanitaria son imperativas, la sensación que trasladan las autoridades es que estas no se llevarán a cabo de forma inmediata. La apuesta del presidente, Andrés Manuel López Obrador, es apelar a la responsabilidad de sus ciudadanos y exhortar a las empresas a la autolimitación y a la solidaridad con sus trabajadores para sortear la epidemia y el vendaval económico por la salida de capitales, la caída del peso frente al dólar y el desplome de los precios del petróleo. “Es importante que todos ayudemos al cumplimiento de estas medidas. Si cumplimos todos, vamos a salir airosos de esta crisis”, ha afirmado el mandatario este martes, en su rueda de prensa matutina.

López Obrador ha detallado este martes las medidas de distanciamiento social que se han adoptado un día después de declarar la emergencia sanitaria. Toda actividad no esencial del sector público y privado queda suspendida hasta el próximo 30 de abril. No habrá estado de excepción ni toques de queda ni atribuciones extraordinarias para la Policía ni el Ejército, a diferencia de otros países.

“Estoy seguro de que pronto vamos a reactivar la economía”, ha prometido López Obrador. Tras adoptar un enfoque gradual y diferir las medidas drásticas de contención para mitigar el impacto económico, el cálculo del Gobierno es extremar las restricciones a las empresas que no desempeñen labores esenciales durante 30 días para diferir el pico epidémico y mitigar los efectos sociales en los meses que vienen. Los únicos sectores que se mantienen son los hospitales, de seguridad, de Justicia y las labores legislativas. En el sector privado se mantienen abiertos mercados y tiendas de conveniencia, la producción de alimentos y la industria agrícola, el sector de las telecomunicaciones y los medios de comunicación, las estancias infantiles, los asilos y las funerarias, entre otros. En algunos sectores hay restricciones específicas, se insta por ejemplo a que los restaurantes solo ofrezcan comida para llevar.

El Gobierno ha reconocido que puede haber dudas por la forma cómo se han presentado las medidas. Las Secretarías de Salud, Economía y Trabajo han abierto una línea telefónica para responder a las preguntas del sector privado, sobre todo si su ámbito de negocio se considera o no esencial. “Estamos buscando una reducción masiva de la movilidad, masiva quiere decir millones de personas”, ha dicho Hugo López-Gatell, portavoz gubernamental para la pandemia.

López Obrador también ha adelantado algunos puntos de su plan de reactivación económica, que está previsto para lanzarse de forma oficial el próximo domingo. El presidente ha asegurado que en una semana concluirá el reparto de 42.000 millones de pesos (unos 1.760 millones de dólares) en pensiones para alrededor de ocho millones adultos mayores. Se otorgarán un millón de créditos para comerciantes y empresarios del sector formal e informal, que suman otros 25.000 millones de pesos (1.050 millones de dólares). Se establecerá también una especie de precio de garantía para los productores de maíz, un cultivo prioritario en la canasta básica del país, y se intentará casi duplicar las exportaciones de caña de azúcar a Estados Unidos, al pasar de las 800.000 toneladas que se mandan a 1,5 millones de toneladas.

El Consejo Coordinador Empresarial, una de las patronales más grandes del país, ha pedido este martes que se difiera por seis el cobro de impuestos, aunque el mensaje de López Obrador es que los estímulos económicos están centrados en la población más vulnerable.